Sobre el Acuerdo del CENACE ante la contingencia de COVID-19

2020-05-05 Víctor F. Ramírez Cabrera, Plataforma México Clima y Energía
Acuerdo-CENACE-Covid19

El acuerdo que se hizo público el pasado viernes primero de mayo por la tarde-noche, es tal vez la medida más agresiva, llevada a cabo en un solo acto, que haya tenido este gobierno contra las energías renovables. La forma en la que lo hicieron parece reveladora y vale la pena hacer una serie de suposiciones alrededor de lo que sucedió.

Uno de los grandes defectos es que el acuerdo toma facultades de la Comisión Reguladora de Energía al suspender las pruebas de plantas que entrarían en operación. Pero aquí vale dudar, ¿por qué no lo hicieron mediante la CRE, que se ha vuelto el ejecutor de los deseos de CFE y PEMEX? La realidad parece ser que, pasar por la CRE, obliga al proceso regulatorio y querían frenar a las renovables urgentemente.

Ahora, ¿por qué la urgencia? ¿Por qué frenar justo en este momento a las renovables? La respuesta parece estar lejos de CFE y podría encontrarse incluso en la OPEC. Al caerse la demanda de combustibles por el COVID-19, PEMEX deja de colocar su crudo en el mercado americano, principalmente, pero también en Asia. Entonces deciden mantener la producción (fetiche de la cuarta transformación) y meter más crudo a las refinerías. Al no tener estas las condiciones idóneas, producen más combustóleo que ¿quién puede comprar? ¡CFE! Pero para eso hay que quitarle competencia: las renovables.

Ahora, otro de los grandes defectos del acuerdo y tal vez el que más genera suspicacias es que NO establece criterios claros de la forma en que se considerará superado el episodio y por tanto su retorno a las actividades de despacho normal y de pruebas de parques que entrarían a generación. Y aquí vale hacer un poco de prospectiva.

¿Por qué se dan las condiciones extraordinarias? Por la caída de la demanda de electricidad, derivadas del COVID-19 (igual que el de gasolinas mencionado arriba).

Sin embargo, ¿se recuperará la generación al terminar la cuarentena?

Es posible, pero poco probable. La falta de medidas adecuadas del gobierno para sostener la economía hace posible vislumbrar que muchas empresas cerrarán definitivamente. Regresar a una economía similar a la esperada es un proceso que fácilmente puede darse hasta diciembre de este año. Esto puede significar que hasta diciembre se recobre de forma “regular” la demanda esperada y, por tanto, se reactiven las pruebas, después de tener al menos seis meses los parques listos, sin operar y con la inversión y generación parada. El problema es que, al no establecer medidas claras, no sabemos si esto será posible, no hay forma de determinar el retorno a la “normalidad” y por tanto, queda a total contentillo del CENACE.

No deja de llamar la atención el desaseo legal, pues es el mismo que en la suspensión y cancelación de las subastas, el bloqueo a suministradores de servicios básicos, la ilegalidad de la medida intentada contra los Certificados de Energía Limpia, entre otros. El parecido en el desaseo parece sugerir que la medida no fue redactada o elaborada al interior del CENACE (reconocido por su alta capacidad técnica y legal) sino al seno de quien redactó el resto de las medidas administrativas.

Hay una parte del acuerdo que puede tener razón: las renovables y su variabilidad pueden generar inestabilidades al Sistema Eléctrico. Sin embargo, eso NO significa que eso sea inevitable. Justo la función del CENACE debería ser administrar los recursos para que esto no suceda. La transición energética es uno de los deberes que la ley manda a las autoridades y en general a los participantes del sistema eléctrico. Renunciar a ella en aras de administrar las térmicas de forma llana pierde todo el sentido de ser del propio mercado eléctrico, razón de ser del CENACE.

Hay dos cosas además que el acuerdo termina desnudando: la falta de inversión y el bloqueo a la misma en transmisión y los problemas que esto pueda generar, la falta de cumplimiento del PRODESEN en ese sentido y la ausencia de la autoridad (CRE) en exigir el cumplimiento del código de red, incluso de parte de la empresa productiva del Estado. Estas medidas estarían mitigando los problemas reales de la red.

Ahora, uno de los grandes afectados de esta decisión es el Suministrador de Servicios Básicos.

La no disponibilidad de energía de costos más bajos, como los de los parques que se quedan en la cola esperando, significa la necesidad de mayores erogaciones del suministrador a los generadores térmicos, básicamente, que tienen altos costos de generación y de reserva rodante.

¿Cómo remediar esto? Hay tres formas: incrementar las tarifas, recibir más subsidio o recibir las pérdidas. En año preelectoral, este gobierno NO dará paso alguno para incrementar las tarifas, ni usará recursos fiscales para aliviar las condiciones financieras de CFE, sino que hará que CFE asuma las pérdidas que significa la compra de generación cara. Curiosamente la empresa que quisieron favorecer sería la más afectada.

Pero la afectación más grave que hay es a la economía en general. No todos los proyectos que se frenan estaban en el esquema de subastas, sino que había varios para el mercado eléctrico. La competitividad de las empresas que estaban buscando en el mercado costos más bajos se pierde y México pierde otro punto (sí, otro) como un buen receptor de inversión.

Digamos que esta medida es el Constellation Brands del sector eléctrico y de renovables. Un aviso además de que París, a este gobierno, le interesa sólo para recordar las andanzas del joven que ahora despacha en la dirección general de CFE.