Los estados y la transición energética

2020-07-06 Víctor F. Ramírez Cabrera, Plataforma México Clima y Energía
transición energética en los estados
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Hay dos verdades sobre la reforma energética en materia de entidades federativas:

- NO les dio facultad nueva como autoridad. El sector energético se mantuvo centralizado y la regulación sigue siendo federal.

- Les permitió participar como a cualquier privado o de la mano con ellos.

Básicamente cambiar el régimen monopólico para permitir un mercado permitió que los estados empezaran a buscar aprovechar sus potenciales energéticos para generar riqueza, empleos y ahorros entre sus habitantes.

Cada uno a su manera, todos fueron creando entes o fortaleciendo algunos que permitieran aprovechar el potencial de cada estado.

Ahora el sector da un giro.

Al abandonar el gobierno federal de facto la transición energética o bloquearla mediante acuerdos y políticas, algunos estados con potenciales mayores han decidido respaldar el desarrollo del sector con medidas legales, económicas y políticas.

Por eso algunos han interpuesto controversias constitucionales, leyes que gravarían la emisión de gases contaminantes y de efecto invernadero, mientras que crean modelos administrativos propios para incentivar su participación en los mercados energéticos.

¿Qué pueden hacer los estados?

Desde instalar paneles, financiar la instalación de parte de privados, ser gestores de proyectos a gran escala, crear programas de estudios para formar profesionales del sector; de hecho, al desaparecer PROMEXICO los estados tienen que hacer por su cuenta giras internacionales para promoverse.

Las centrales renovables solares y eólicas, además de incrementar los indicadores de inversión extranjera directa, generan desde programas de beneficios sociales hasta el pago de cantidades considerables para los permisos locales e impuestos.

Y al final, estamos siendo un símil de lo que sucedió en Estados Unidos.

Ante la negativa de Trump de mantener la política climática, ciudades y estados han endurecido sus medidas de transición.

Gracias a eso, Nueva York ha instalado más de 2 GW de paneles solares a diciembre del año pasado, más del doble de lo que México ha instalado en 13 años[1]. California tiene más de un millón de techos solares instalados, 9 veces lo que México ha instalado a lo largo de la historia de la generación distribuida[2] y Texas, por ejemplo, tiene 24 GW de capacidad instalada eólica, el cuádruple de México[3].

Ahora, comparar a estos estados con los de México es injusto, pues ellos llevan a cabo su propia regulación y el sector está mucho más privatizado que en México, lo que da ventajas competitivas a los estados del vecino del norte. Además, no tienen subsidio eléctrico, lo que incrementa el interés de los ciudadanos en instalar sus paneles solares en techos.

Sin embargo, esta odiosa comparación nos da una idea de lo que podría desarrollarse en México con una reforma que permita mayor participación de los estados de la federación sobre el sector eléctrico.

¿Imagina a Tamaulipas, Oaxaca, Veracruz, Baja California o Yucatán aprovechando su potencial eólico? ¿Imagina a Sonora, Chihuahua, Coahuila, Durango aprovechando su potencial solar?

¿Imagina a Hidalgo, Puebla o Tlaxcala trabajando para aprovechar su territorio y su cercanía con el consumidor de energía más grandes del país?

¿Imagina a los estados invirtiendo o generando modelos de participación en redes inteligentes, líneas de transmisión y sistemas de almacenamiento?

¿Imagina a todos estos estados cooperando para ver cómo si acelerar la transición energética y no cómo frenarla como hace este ejecutivo?

Voy más allá: ¿imagina a cada estado no sólo haciendo planes de transición, sino con autoridad para regular el uso de hidrocarburos en cada uno? No sé si los problemas ambientales de las termoeléctricas o refinerías fuesen tan graves como es ahora el de Ciudad Madero.

Y cuidado, no son solo estados de extracción política distinta al gobierno federal los que quieren andar este camino, sino incluso los del partido del presidente impulsan la transición y/o a mercados energéticos.

Y un ejemplo claro: ¿se imagina a Baja California Sur solucionando su problema eléctrico sin la necesidad de depender del fetiche petrolero del presidente y el director de CFE?

Para eso necesitamos una reforma que plantee una mayor participación de los estados. Se trata de ver cómo sí, ya no cómo no.

La transición energética tiene tres principios: lleva los sistemas energéticos de convencionales a renovables, de públicos a privados y de monopolios centralizados a mercados descentralizados. Eso requiere México: una reforma constitucional que reparta facultades y descentralice el sector energético, para abrir un mundo de oportunidades. Lamentablemente, la postura centralista de quienes ejercen el poder ejecutivo y la mayoría legislativa sería un obstáculo para que esto suceda.

Mientras tanto, bienvenidos los nuevos impuestos, agencias, oficinas, programas y todo lo que hacen los estados para que la transición energética avance.

 

 

[1] https://www.solarpowerworldonline.com/2019/12/new-york-reaches-2-gigawatts-of-installed-solar-capacity/

[2]  https://www.google.com.mx/amp/s/www.latimes.com/environment/story/2019-12-12/california-clean-energy-milestone-1-million-solar-roofs?_amp=true

[3] https://www.eia.gov/todayinenergy/detail.php?id=40252