COLUMNA | Sobre las Termas en Vals, Peter Zumthor.

arquitectura
07 Octubre 2020 Paul Piña Campos / Director planeación inmobiliaria y control presupuestal / BBVA-Mx

Aun cuando han pasado casi 25 años desde su construcción, no deja de sorprenderme el edificio de las Termas en Vals.

Me emociona como un edificio relativamente sencillo, se mantiene vigente, se pierde en el paisaje y permite tener experiencias tan potentes. Por esto me pregunto: ¿Acaso se debe a sus características plásticas? ¿tiene que ver con las sensaciones que provoca el misterio de sus recorridos? ¿o de como el espacio convive en un continuo interior-exterior?

En mi opinión, la fuerza de este edificio proviene de 2 temas fundamentales:

  1. Su proceso de diseño, donde la acción de excavar se convierte en parte esencial para concebir el edificio. Esto es, a diferencia de la mayor parte de los edificios que se diseñan, para proyectar este, se realiza un ejercicio donde sustraer material permite traer a la luz aquello que está en la sombra y el contenido resultante es lo que da cuerpo al edificio.

Para reforzar este proceso, los elementos que forman el edificio, provienen del lenguaje estético de la modernidad, mismo que a través de formas sencillas, transmite claramente la imagen de un edificio que si bien pertenece al siglo XX, apunta a ser atemporal, universal.

Adicionalmente el diseño del edificio escapa de lo superfluo puesto que no tiene añadidos innecesarios permitiendo a las personas experimentarlo sin distracciones.

  1. La disección como operación intelectual. Se sabe que los antiguos pintores deseosos de saber, diseccionaban cadáveres con el fin de entender mejor el funcionamiento de los seres. De lo observado, músculos, huesos, sangre… lo de dentro, en cierto sentido obtenían la fuerza que representaban en sus cuadros. Esto es, representaban la potencia de algo mediante las fuerzas que le son inherentes al propio objeto de estudio.

Del mismo modo, excavar como parte del proceso de diseño, lleva en sí un proceso de disección, donde la piel del edificio se convierte en un tema de segundo orden ya que lo de dentro, se convierte en el principal contenido y permite experimentar el espacio sin añadidos, donde el interior y exterior dejan de ser contrarios y conviven como elementos ambivalentes, creando un espacio continuo estos.

Una vez observamos que detrás de un edificio sencillo, la obviedad oculta el contenido de las cosas más potentes, se cierra la operación intelectual. Entonces se nos presenta el edificio como un todo, donde diseño y recorrido son una misma experiencia o en palabras del propio Zumthor, nuestra percepción del todo no se distrae por detalles no esenciales.

En cualquier caso, este edificio seguirá acumulando años y va en camino de convertirse en un “imprescindible de la arquitectura mundial”.

Por Paul Piña Campos / Director planeación inmobiliaria y control presupuestal / BBVA-Mx

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