El objetivo del diseño interior es crear espacios agradables que brinden un ambiente armonioso a las personas que conviven en ellos. Para esto, los diseñadores se apoyan en diversos elementos, entre los que destacan los textiles.
Los textiles se refieren básicamente a cualquier producto hecho de tela. Se pueden utilizar tanto en superficies, como en la tapicería, y se debe tener especial cuidado en seleccionarlos de manera correcta, ya que no son sólo un elemento extra, sino un complemento de la decoración.
La gama de textiles que se pueden utilizar es muy amplia y variada, se puede ajustar a gustos y precios. Sin duda alguna, son una gran herramienta al momento de elegir materiales para la decoración de interiores.
La forma más común de clasificarlos es por su composición y su origen. Estos pueden ser naturales, artificiales o una mezcla de ambos. Los de tipo artificial están compuestos de fibras sintéticas como nailon, poliéster o rayón. Los naturales más utilizados son algodón, lino, seda y lana, aunque a menudo se hacen combinaciones entre ellos para abaratar costos.
A partir de esto, la elección dependerá de las necesidades del espacio o los muebles en los que se quieran utilizar y el efecto visual que se quiera lograr con su implementación. Se seleccionan de acuerdo con su textura, permeabilidad, color, estampado, transparencias, entre otras.
Es importante mencionar que, ya sea para diseñar una habitación desde cero o renovar un espacio con elementos preexistentes, los textiles que se quieran implementar deben de ir en armonía con los demás elementos, por lo que se aconseja utilizar muestras antes de decidir.
Para elegir los textiles adecuados se recomienda utilizar una paleta de colores acorde con la decoración que se quiera implementar. Los tonos son importantes, ya que pueden influir en el estado de ánimo de la gente y también se sugiere tener mesura con ellos, puesto que si se usan demasiados en una misma decoración, se corre el riesgo de crear un ambiente confuso.
Con los textiles estampados y texturas hay que tener especial cuidado, ya que si son usados de una manera incorrecta, pueden llenar el espacio de elementos muy sobrecargados, lo cual no solo restará elegancia, sino que no transmitirá una sensación agradable. Las texturas usadas de manera adecuada crean una sensación de contraste.
Renovar un espacio solo con la implementación de textiles puede ser muy económico, ya que estos pueden presentarse hasta en los mínimos detalles, por ejemplo: cambiar una alfombra, la tapicería de los sillones o agregar elementos extra como cojines puede dar un aspecto completamente diferente al lugar.
Con el uso de textiles se pueden crear ambientes con un toque más elegante; un ejemplo muy común es el terciopelo, un textil mezclado cuyo aspecto es lujoso, aunque también hay opciones naturales como la seda.
Para un ambiente clásico o rústico se pueden utilizar textiles en tonos arena como el beige o el gris claro, los cuales dan la sensación vintage.
Algunos textiles también pueden ayudar a proporcionar más o menos iluminación a la habitación en la que se implemente. Los colores claros en las cortinas dejan pasar más luz a la estancia, mientras que colores oscuros dan una sensación de sombra durante todo el día.
Si no se cuenta con mucho presupuesto, se puede recurrir a la variedad de opciones que la gama textil da. Una sugerencia es elegir telas artificiales que den la sensación visual de una natural más costosa, como la de raso para sustituir a la seda, el cual es igualmente brillante y liso. No hay límites para el ingenio y la creatividad.
Fuentes y referencias adicionales:
María José Roldán, El uso de textiles de diseño en interiores, en https://www.decoora.com/el-uso-de-textiles-de-diseno-en-interiores/
Ana Martín, Textiles en decoración, en https://www.decoracionde-interiores.com/textiles-en-decoracion/#:~:text=Los%20cuatro%20textiles%20naturales%20m%C3%A1s,hogares%20donde%20vivan%20personas%20al%C3%A9rgicas.
