La evolución de los prefabricados en México

ejemplos de casas prefabricadas
10 Noviembre 2021 María Fernanda Ochoa
[Foto de Pixabay]

Las diversas etapas históricas del desarrollo humano están plenamente identificadas por una expresión cultural, artística y tecnológica propia. En nuestra época, esta identificación combina tres factores hoy esenciales: costo, tiempo y tecnología. Su influencia, unida en el lenguaje tradicional de la arquitectura, ha integrado avances tecnológicos como los prefabricados. Si bien tanto el diseño arquitectónico como la construcción han tenido apoyo en la prefabricación desde épocas remotas, estos continúan evolucionando y están cada vez más presentes en todo tipo de obras, como lo demuestra la utilización de los aisladores sísmicos, tecnología cuya flexibilidad minimiza los posibles daños ocasionados por los movimientos telúricos tan frecuentes en México, por mencionar un ejemplo.

En 1985, se concluyó que los prefabricados habían tenido un buen desempeño sísmico, aunque no existían ejemplares suficientes de estas estructuras construidas en zonas de alto riesgo o bien en zonas que hubieran sido afectadas.  Actualmente, la emergencia sanitaria por la COVID-19 ha empujado hacia la modificación en el desarrollo de las actividades, apuntando hacia estos elementos gracias a su potencial tecnológico y posicionándolos al ofrecer soluciones específicas en la industria.

Pero, ¿cómo han evolucionado los materiales prefabricados en los últimos 36 años?

1. Mejora en la realización de conexiones. La principal reticencia que ha permeado en el uso de los prefabricados está en las condiciones de las conexiones entre los elementos y el desempeño estructural que estas tengan, especialmente durante sismos importantes. Atendiendo a las sugerencias del gremio estructural, gradualmente se ha eliminado casi por completo el uso de soldadura para conectar las columnas con las vigas, haciendo nudos más dúctiles. Del mismo modo, las conexiones entre columna-cimentación también se han facilitado. Hoy, México cuenta con una buena praxis en conexiones que son incluso referencia ante otros países también ubicados en zonas sísmicas, especialmente en la ribera del Pacífico latinoamericano.

2. Hemos estrechado el diálogo con el gremio de la ingeniería estructural. En años anteriores existía cierto distanciamiento entre los ingenieros mexicanos y las empresas de prefabricados. Ambos gremios organizan hoy seminarios conjuntos buscando aprender unos de otros. Por ejemplo, mientras los industriales buscan mejoras en los sistemas prefabricados, los estructuristas aprenden de las formas, sistemas y maneras de diseñar y trabajar con dichos materiales. Estrechar el diálogo entre los representantes más importantes de un proyecto (arquitectura y estructura) ha permitido tomar mejores decisiones de construcción en términos de tiempo, costo y calidad.

3. Se han resuelto con prefabricados casi todos los tipos de proyectos. Aunque en un inicio el uso de prefabricados ocurría fundamentalmente en obras de infraestructura, hoy es posible observar aplicaciones en proyectos de edificación de grandes proporciones, como centros urbanos que combinan en un solo lugar áreas comerciales, estacionamientos, vivienda, oficinas y hoteles. También se han obtenido con éxito grandes proyectos industriales con altos requerimientos de precisión y durabilidad, sustituyendo, por ejemplo, con concreto presforzado, estructuras que anteriormente solo eran accesibles para el acero, ampliándose claros, incrementándose espacios libres horizontales y verticales con menos tiempos de construcción e incluso, menores costos, lo cual concede beneficios importantes a la industria.

4. Siguen incentivándose importantes estudios de laboratorio de buenas proporciones. La constante invitación de los estructuristas a realizar programas de investigación experimental en México sobre los edificios prefabricados ha rendido frutos. Se han ensayado en mesas vibratorias edificios prefabricados a escala reducida hasta de cuatro niveles, en las cuales son sometidos a aceleraciones incluso mayores que las que marca el Reglamento de Construcción. También se cuenta con estudios de laboratorio para ensayar nudos viga-columna abarcando diversas formas de conectar estructuras y se ha establecido un buen número de criterios sobre buenas prácticas.

5. Representa uno de los sistemas constructivos más sustentables de todos. Los factores clave en las evaluaciones para edificios LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) son precisamente las predominantes en el sistema constructivo prefabricado/presforzado, es decir, una disminución en los consumos energéticos y baja contaminación ambiental, uso preferencial de materiales de la zona, alto rendimiento de construcción, mano de obra optimizada, construcción industrializada, materiales de gran aislamiento térmico y acústico, bajo índice de consumo por metro cuadrado de los principales materiales de construcción, entre otros. Sin duda, se trata de un sistema de construcción que nació siendo sustentable.

6. Amabilidad con el usuario. Es un hecho que el concreto es un material más cálido para el usuario, teniendo la estructura a la vista sin necesidad de falsos plafones o recubrimientos especiales que necesitan de mantenimiento periódico. En adición a ello, el concreto permite adoptar las formas arquitectónicas requeridas con colores especiales elaborados con materiales naturales. Hoy estamos en contacto con fachadas más funcionales y duraderas, pero sobre todo más atractivas, que consiguen diseños inalcanzables por ningún otro material.

 

En conclusión, el uso de materiales prefabricados permite que el trabajo sea más sostenible, asequible y eficiente. Para ello es necesario definir correctamente el proceso y las etapas de construcción, respetando la solución arquitectónica e integrando toda la estructura con las instalaciones del edificio.

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