La población de menos recursos es el gran reto de la vivienda

Bajos Recursos
23 Enero 2020 Veronica Cervantes Camacho, Grupo Expansion

La vivienda requiere nuevos incentivos para su crecimiento como mejorar el proceso de los trámites. 

 

Dentro de la industria de la construcción, uno de los sectores de gran relevancia es la vivienda por el impacto social directo que tiene entre las familias mexicanas. Ya se vislumbra lo que pasará los siguientes cinco años.

 

Para enfrentar el rezago habitacional de más de nueve millones de inmuebles, la política de vivienda contempla tres estrategias: “La primera es atender a la población con mayor rezago; la segunda, contribuir a los grandes desafíos nacionales en materia urbana y de bienestar social, y la tercera es fortalecer e incrementar intervenciones que favorezcan la producción social de vivienda asistida”, según la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI).

 

La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) es la encargada de dirigir la estrategia de vivienda a través de los organismos nacionales de vivienda. La CONAVI, mediante el Programa de Vivienda Social con cofinanciamiento y producción social de vivienda asistida, así como programas especiales contempló 45,513 acciones de vivienda, y en el Programa de Reconstrucción de Vivienda integró 36,599 apoyos en 2019.

 

Mientras tanto, el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste), a través del Programa Acuerdo y Queda otorgó 4,567 financiamientos; y la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) consideró 123,000 acciones de vivienda en 2019.

 

En cuanto al Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), en 2019 se puso en marcha el esquema Responsabilidad Compartida con el cual benefició a 147,480 derechohabientes. Y para quienes ya habían pagado hasta el 90? su crédito, lanzó el programa 90 Diez, que liquida de manera automática el saldo; con ese esquema se ayudó a 31,043 acreditados.

 

De enero a octubre, con el modelo de cobranza social 714,560 acreditados pudieron reestructurar su financiamiento. Asimismo, 392,000 jubilados recuperaron su saldo de la Subcuenta de Vivienda, y con el programa 7 Mil Sí, se logró que 30,364 trabajadores que ganan menos de 7,000 pesos obtuvieran un incremento de hasta 16% en el monto máximo del crédito al que pueden acceder. 

 

Sin embargo, la construcción de vivienda social ha disminuido. El Registro Único de Vivienda (RUV) reportó una baja de (-)23?enero a septiembre, al producirse 146,900 viviendas, mientras que en 2018 se registraron 189,900 casas. Uno de los tipos de vivienda que presentó menor desarrollo fue la económica, pues apenas creció 2.03%.

 

Pero el atraso no es nuevo, se redujo la producción de vivienda social desde hace cinco años, según lo expresa Rodrigo Padilla Quiroz, director general de Banco Inmobiliario Mexicano (BIM).

 

Por estos motivos, es necesario buscar nuevas maneras de incentivar al sector, como que los desarrollos sean verticales y se les aplique una tarifa preferencial para acceder a los servicios o para tramitarlos.

 

Por ejemplo, cuesta lo mismo obtener una toma de agua para una casa de dos millones de pesos que para otra de 300,000 pesos; además, las tierras deben tener condiciones para que se pueda proveer servicios, fuentes de empleo y que la gente tenga un lugar digno para vivir, afirma Rodrigo Padilla.

 

Los retos aún son muchos y el gobierno actual pretende alcanzar un crecimiento de 11% en el sector vivienda, por ello, la SEDATU ha contemplado 2.3 billones de pesos, 5.4 millones de acciones para beneficiar a 20 millones de personas en el sexenio.

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