COVID-19 reta a hospitales privados a financiar su operación

hospitales privados mexico
17 Noviembre 2020 Gabriela Rivera

Las empresas están buscando nuevas formas de financiamiento ante la falta de pacientes y la baja en ingresos económicos

Los sistemas hospitalarios del sector privado han enfrentado serios problemas de financiamiento debido a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, y ahora deben implementar nuevas estrategias que le permitan mantener un flujo de efectivo para cumplir con sus compromisos.

Desde que inicio el confinamiento, en marzo pasado, disminuyó la llegada y admisión de pacientes a los hospitales privados, ante el temor de contagiarse de coronavirus, impactando directamente sus finanzas, explica Juan Francisco Fernández-Pellón, director general del Grupo Médico Los Encinos.

“La economía se detuvo y bajaron los servicios. Los médicos de los consultorios se quedaron sin consulta, muchos están aprovechando la tecnología y las plataformas para resolver los problemas de salud mas urgentes de sus pacientes. Pero a los médicos les ha bajado su ingreso, muchos cobran 50% menos de lo que suelen cobrar por una consulta física”, explica el director.

Fernández-Pellón añade que el sector privado se ha visto impactado en estos meses de pandemia, sobre todo porque se modificó la conducta habitual de los pacientes, quienes prefieren no acudir a los hospitales y buscan una atención vía remota.

Por otro lado, los hospitales perdieron el ingreso quirúrgico y las cirugías que no son de urgencia se reprogramaron. Datos compartidos por los hospitales privados señalan que de 30ª 40 cirugías que se hacían diariamente, ahora se realizan entre 3 y 4 al día, la mayoría son de emergencia.

Si bien en julio pasado se reabrieron muchas actividades y la gente comenzó a salir, el número de consultas y cirugías no se han regresado a los números que tenían previo al confinamiento.

“Los pacientes están acudiendo a consulta, pero los médicos se están viendo obligados a reducir citas para tener menos pacientes, y por otro lado buscan reducir los tiempos. También comenzaron a programar cirugías, pero todavía hay muchos pacientes que prefieren esperar a que mejoren las cosas”, dice el médico.

El problema, reconoció, es que la población también requiere que se reactive la economía para acudir al médico, ya que la crisis económica generada a partir de la pandemia impactó el bolsillo de los pacientes, quienes no van al médico si no tienen dinero.

Una consulta con un médico especialista tiene un costo entre 800 y dos mil pesos, más la receta con medicamentos —que puede llegar a dos mil pesos— y si hay estudios de gabinete, el gasto asciende a seis mil pesos por una sola atención médica. “Algo que no todo el mundo puede pagar”, dice Fernández-Pellón.

Y si eso sucede con las consultas médicas, las cirugías que no son prioridad tampoco están siendo costeadas por los pacientes.

Impactos directos a los hospitales

De acuerdo con Fernández-Pellón, los hospitales privados tuvieron impactos severos ante la falta de recursos. El primero de ellos fue el recorte a personal y gastos, el segundo el retraso en pago a los proveedores, con quienes han tenido que financiar el abasto de insumos o renegociar los tiempos de pago.

Algunos hospitales con torre de consultorio condonaron dos o tres meses de renta a los médicos, otros les están cobrando la mitad de lo que solían cobrar y otros más les difirieron los pagos hasta final de año, todo esto como estrategias para mantener a los médicos en esos hospitales y ayudarles a enfrentar la falta de pacientes.

“Pero el medico que trabaja exclusivamente en el sector privado se ha visto en problemas y sus ahorros les han aguantado tres meses porque siguen pagando a la enfermera, la recepcionista, la persona del aseso y han dejado de comprar insumos, lo que les pega a los proveedores de insumos médicos”, explica el director del Grupo Médico Los Encinos.

De acuerdo con el médico, mientras el sector privado ha enfrentado problemas para la adquisición de insumos, el sector público es el que ha permitido que esta parte de la cadena de valor siga vendiendo productos.

“En el sector público, no hubo recorte, han tenido alta ocupación, los pacientes con solvencia que iban al privado ahora van al sector público. En cuanto al gasto han tenido abasto de lo básico, platicando con proveedores es que ha habido pagos del sector público, no son rápidos pero no se detienen”, asegura Fernández-Pellón.

En los primeros meses, el gobierno compró aparatos electrónicos e inmobiliario médico, así como camas para la reconversión hospitalaria y ventiladores. De estos dos últimos productos, la demanda fue tan grande, que se vendió todo lo que estaba disponible y ni así, se lograron atender todos los pedidos.

“De todo esto nos dicen que no les han liquidado las compras, pero sí les están pagando”, menciona.

Soluciones a largo plazo

Ante la crisis económica y el repunte de casos en las últimas semanas, el sector privado puede alcanzar nuevos acuerdos con el gobierno, a fin de coadyuvar en la atención médica y recuperar un poco de los ingresos perdidos.

El convenio de colaboración con la Asociación Nacional de Hospitales Privados y el Consorcio Mexicano de Hospitales fue un primer ejercicio del trabajo colaborativo entre las dos partes, en el que el sector privado apoyó con cirugías y atención médica a los pacientes de instituciones gubernamentales, a cambio de un pago establecido previamente.

En estos momentos en que se prevé una segunda ola, y hay otros padecimientos que también requieren atención médica, se podrían lograr nuevos acuerdos para atender las enfermedades que no son una urgencia

“Hacer un programa permanente de atención privado a los derechohabientes. Se podría establecer una lista de precios y un grupo de diagnóstico relacionado, en el que haya un precio tope de cirugía y pago de honorarios, esto podría ayudar a atender el rezago y ayudaría financieramente a los hospitales, se podían sacar los costos y mantener las plantillas”, dice Fernández-Pellón.

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