Se encienden las alertas: adicciones en la pandemia

2020-10-07 María José Ramírez/Grupo Expansión
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Entrar a programas ambulatorios y a distancia puede ayudar a tratar y reducir los riesgos de generar una adicción durante la pandemia.

Durante la pandemia, las personas han vivido duramente el confinamiento. Para la mayoría de ellas se trata de sobrevivir con sus propias afecciones. Mientras una buena parte de la población espera volver a la normalidad, otras personas podrían aprovechar el encierro forzado para trabajar con problemas de adicción.

Desde el principio de la crisis sanitaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre la importancia de la salud mental y el uso de estrategias para mantenerse saludable durante el brote del nuevo coronavirus.

Por ello, en marzo de este año, la organización dio a conocer las “Consideraciones psicosociales y de salud mental durante el brote de Covid-19”, en las que sugiere distintas estrategias para sobrellevar el estrés, tanto a la población en general como a los trabajadores de la salud. También trata sobre cómo evitar consumir sustancias, como alcohol, tabaco u otras drogas, para sobrellevar las emociones.

De acuerdo con cifras del Informe Mundial de Drogas 2019, en el mundo, cerca de 271 millones de personas usaron drogas en el último año, lo que representa 5.5? la población de 15 a 64 años. Además, 31 millones presentaron algún trastorno relacionado con el uso de sustancias.

Sobre el uso de sustancias, Reyna Khabie Romano, directora general de Emotions Life Center, señaló en entrevista que la dependencia a éstas suele surgir para evadir algún aspecto de la realidad.

Reyna Khabie Romano advirtió que no hay una estadística actual de los números durante la pandemia. “Los que nos dedicamos a la salud mental hemos visto que las personas que antes se mantenían en una etapa de uso, o de abuso de sustancias, ya están cayendo en una dependencia”, señaló la directora de Emotions Life Center.

“Esto los atribuimos a que, aparte de ser una enfermedad fisiológica, también es una enfermedad emocional ”. Con la pandemia, continuó, se han incrementado el miedo, el estrés, la incertidumbre o la frustración, por lo que esto ha ocasionado que las personas encuentren en las sustancias un tipo de anestesia.

 

Incrementos por el encierro

El Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías (EMCDDA) reveló que, en Europa, durante el confinamiento se incrementó el consumo de cannabis, benzodiazepinas y alcohol. Alexis Goosdeel, director del Observatorio, señaló que, en las primeras semanas, los drogodependendientes contaron con menos apoyo, pues hubo cierres o reducción en los servicios de atención.

Goosdeel también advirtió que a medida en que las repercusiones económicas de la crisis se van presentando: “Algunas personas de nuestras comunidades pueden volverse más vulnerables a los problemas de drogas”.

Además del consumo de drogas, Khabie Romano señaló que ha incrementado la automedicación para controlar el insomnio. “Ahora nos están buscando personas que ya están cayendo en una dependencia”, aseguró.

Durante la pandemia, el centro ha ofrecido tratamientos en línea, para garantizar las medidas sanitarias mientras quienes lo necesiten reciban la atención necesaria. La institución también ha observado que, incluso cuando el tratamiento es online, funciona. Por ello, ahora manejan sesiones virtuales y presenciales.

Para los profesionales de la salud que así lo requieran, hay un tratamiento enfocado de diez sesiones que les ayudará a sobrellevar la situación sin depender de sustancias. Sin embargo, si sus necesidades son otras, se les diseñará un programa específico.

Khabie Romano recordó que una adicción no se trata de un vicio, sino de “individuos enfermos física y emocionalmente”. Por ello, alguien con una adicción necesita ser tratado por especialistas.

 

¿Tratar adicciones a la distancia?

Sobrellevar una adicción sin el tratamiento adecuado puede ser doloroso y estresante, tanto para el paciente como para sus familiares. Emotions Life Center, el único centro de tratamiento ambulatorio que hay registrado ante el Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA) para tratar adicciones y depresión en México, ha diseñado programas con los que los pacientes no necesitan internarse para iniciar un tratamiento.

Este tratamiento ambulatorio tiene un índice de efectividad de 82? los pacientes que lo terminan. Además, cifras de Emotions Life center muestran que 66? los pacientes logran superar su adicción.

La directora de Emotions Life Center explicó que muchos pacientes cuando llegan a los grupos de autoayuda difícilmente se quedan en su primera visita. Además, la mayoría de las personas suelen no optar por la opción de internarse tanto por estigmas sociales como por la parte económica, asimismo, al salir del internamiento los pacientes pueden vivir recaídas.

Khabie Romano afirmó que para diseñar el método del centro, se investigó qué modelos había en Europa y Estados Unidos que fueran efectivos en el tratamiento de adicciones. “Nos dimos cuenta de que los modelos ambulatorios interdisciplinarios es lo que más efectividad tiene”, agregó Khabie Romano.

Este centro cuenta con un equipo interdisciplinario: psiquiatras, psicólogos y consejeros que se enfocan en las necesidades del paciente, así como un terapeuta espiritual que realiza dinámicas basadas en los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos.

“Con ayuda de ellos vamos definiendo el plan de tratamiento específico para esa persona y su familia”, señaló la directora y agregó que los pacientes son acompañados durante todo el proceso para que ellos mismos desarrollen herramientas y se desenvuelvan en los distintos ámbitos de su vida.

También cuenta con orientación donde se integra a la familia al tratamiento, así como el paciente asiste a sus sesiones individuales, la familia debe acudir, también, a las suyas. “La idea es ir acompañando a ambas partes para que vayan haciendo cambios en sus actitudes, en la forma en la que piensan, en la que sienten y hacen las cosas”, agregó Khabie Romano.

Para saber si un paciente es candidato a un programa ambulatorio, deben pasar por una valoración inicial donde tendrán una consulta con la psiquiatra y la directora clínica, quienes utilizan pruebas psicométricas y tamizajes para determinar el nivel de dependencia del paciente. De esta manera pueden determinar las necesidades terapéuticas de la persona que busca atenderse.

Por ejemplo, si se trata de un consumidor de crack, “ese es un paciente que sabemos que necesita un programa residencial, porque necesita seguimiento médico y estar canalizado. Sabemos que ni en ambulatorio ni online lo vamos a poder ayudar”.

En función de las necesidades y el perfil del paciente se desarrolla un calendario a 90 días, con fechas específicas para llevar a cabo las distintas actividades e iniciar el proceso, como ver a un consejero, asistir a la sesión de grupo, a orientación familiar, entre otras cosas.

Para desarrollar este calendario se toma en cuenta las actividades normales del paciente, por lo que se adapta fácilmente a su vida para que pueda seguir con su cotidianidad ––como el trabajo o los estudios–– mientras sigue el programa. 

Si la persona no suele tener ocupaciones y tiende a estar desmotivado, será considerado para pasar la mayor parte de los días en el centro. Pero si se trata de un empresario, el proceso se irá adaptando también a sus necesidades en cuanto a los tiempos. “Esto lo hace mucho más fácil, lo que hacemos es integrar la recuperación a la vida de la persona sin que tenga que dejar su vida”, señaló Khabie Romano.

Cada persona y cada afección es distinta, por lo que los tratamientos no son los mismos. “De principio sugerimos este formato rígido de 90 días, porque les ayudamos a formar nuevos hábitos” y a controlar la dependencia.

Posterior a los 90 días se le da un seguimiento al paciente y se le va soltando poco a poco, por lo que se pueden reducir el número de sesiones a las que tenga que asistir durante la semana. Las personas en recuperación se quedan con una sesión durante un buen periodo para garantizar el control de la adicción, se sigue con un monitoreo de las emociones para evitar una recaída.

“Tenemos varios pacientes que desde que empezamos este modelo han estado en contacto con nosotros, por lo que proporcionamos una sesión de expacientes”. No sólo se trata de que dejen el consumo de la sustancia, sino que impulsen su propia persona.