Recuento 2020 | Daños a la salud mental, la pandemia invisible

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21 Diciembre 2020 María José Ramírez/Grupo Expansión

Uno de los grandes impactos de la pandemia es en la salud mental, que ha afectado tanto a la población en general como a los profesionales de la salud.

Uno de los grandes impactos de la pandemia es en la salud mental, que ha afectado tanto a la población en general como a los profesionales de la salud.

La crisis sanitaria generada por el coronavirus está teniendo consecuencias en el bienestar de todas las personas, y las seguirá teniendo en el futuro, por lo que podrían aumentar los suicidios y trastornos tanto entre profesionales de la salud como entre la sociedad civil.

“La situación actual, con aislamiento, miedo, incertidumbre y crisis económica puede causar trastornos psicológicos”, advirtió, en mayo de este año, Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancia de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Asimismo, Kestel señaló que durante las pasadas crisis económicas aumentó el número de personas con problemas de salud mental, dando lugar a mayores tasas de suicidio.

 

Personal de salud: entre el burnout y la ansiedad

Durante la crisis por la pandemia, los trabajadores de la salud en primera línea han llevado largas jornadas de trabajo. Pero no solo la falta de descanso puede afectar el bienestar de este sector, también la ansiedad y la preocupación por contagiarse o perder a sus pacientes ante la enfermedad.

De acuerdo con Benjamín Guerrero López, coordinador de la Clínica del Programa de Salud Mental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para proteger la salud mental de estos profesionales, se necesita, primero, reducir su carga de trabajo y proporcionarles horas de trabajo escalonadas, no tan excesivas.

Asimismo, el especialista aseguró que es importante que el personal de salud pueda expresar sus emociones, por lo que tener sesiones grupales para hablar de las frustraciones, de los sentimientos y del miedo, puede ayudarles a impulsar la solidaridad entre el equipo y sentir que no están solos.

El burnout (síndrome de agotamiento extremo) es uno de los grandes problemas que enfrentan los profesionales de la salud. Aunque no es algo nuevo para ellos, la pandemia lo ha exponenciado debido a la incertidumbre, la falta de equipo de protección personal adecuado, así como la falta de grupos de apoyo.

De acuerdo con el artículo “Burnout of healthcare providers during COVID-19”, de Meredith Bradley y Praveen Chahar, publicado en Omnia Health, las investigaciones han demostrado que la prevalencia de agotamiento es superior al 40%, con las tasas más altas en proveedores de atención médica de primera línea.

De acuerdo con el artículo: “Los principales factores de estrés incluyen la falta de equipo de protección personal, el miedo a contraer COVID-19, y el miedo a propagar la infección a los miembros de la familia”.

Estas son algunas de las acciones que la OMS recomienda para proteger al personal de salud:

  • Asegúrese de que todo el personal reciba comunicaciones de buena calidad y actualizaciones de información precisas.
  • Rotar a los trabajadores de funciones de mayor estrés a funciones de menor estrés.
  • Asociar a los trabajadores sin experiencia con sus colegas más experimentados. El sistema de compañeros ayuda a brindar apoyo.
  • Monitorear el estrés y reforzar los procedimientos de seguridad.
  • Implementar horarios flexibles para los trabajadores que se ven directamente afectados o que tienen un familiar afectado por un evento estresante.
  • Asegúrese de contar con tiempo para que los colegas se brinden apoyo social entre sí.
  • Cerciórese de que el personal sepa dónde y cómo puede acceder a los servicios de salud mental y apoyo psicosocial y facilite el acceso a dichos servicios.

 

Miedo y adicciones

Sentir miedo y angustia es completamente normal durante una situación como la que se vive actualmente; sin embargo, puede resultar mucho más estresante para las personas que ya viven con condiciones preexistentes, como trastornos mentales o adicciones.

Para tratar cualquier problema o recibir orientación psicológica, siempre se puede hacer uso de la telesalud. Muchas personas que experimentan fatiga por el confinamiento y estrés relacionado con COVID-19 están buscando servicios de apoyo mental y emocional, pero a distancia. Esto ahora está emergiendo como un componente fuerte del sistema de salud.

Asimismo, es posible recibir atención si se quiere lidiar con adicciones o recaídas, pues hay tratamientos completamente ambulatorios que permiten monitorear al paciente y brindarle orientación para evitar las dependencias a sustancias.

Para garantizar el bienestar de la población en general, la OMS recomienda:

  • Aminorar el tiempo que se dedica a mirar, leer o escuchar noticias que causan ansiedad o angustia. Buscar información únicamente de fuentes confiables y principalmente sobre medidas prácticas que ayuden a hacer planes de protección, pues el flujo constante de noticias puede hacer que cualquiera se sienta preocupado.
  • Protegerse a uno mismo y brindar apoyo a otras personas en la medida de lo posible. Por ejemplo, llamar a los vecinos o a las personas que puedan necesitar asistencia adicional.
  • Manejar problemas urgentes de salud mental y neurológicos (como delirio, psicosis, ansiedad severa o depresión) dentro de las instalaciones de atención médica general o de emergencia.
  • Garantizar la disponibilidad de medicamentos psicotrópicos genéricos esenciales en todos los niveles de atención de la salud. Las personas que viven con problemas de salud mental a largo plazo o ataques epilépticos necesitarán acceso ininterrumpido a sus medicamentos.

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