Vacuna contra COVID-19: sus efectos adversos y sus múltiples beneficios

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31 Enero 2021 María José Ramírez/Grupo Expansión

La vacuna contra COVID-19 fue desarrollada en tiempo récord y, como otras vacunas, también puede causar efectos adversos en algunas personas. Pero ¿cuáles son los beneficios de ser inmunizado con estas dosis?

Probablemente ningún otro avance científico ha salvado tantas vidas y prevenido numerosas enfermedades como las vacunas. Aunque estos medicamentos nos han servido para promover una mejor salud en el mundo, también han sido víctimas del desprestigio y la incertidumbre.

Las campañas antivacunas han creado confusión alrededor de cómo funcionan las dosis y de por qué es necesario inocularse, mientras la infodemia trae consigo desinformación que puede provocar miedo: si todas las publicaciones se concentran en los eventos adversos graves, probablemente los lectores sean reacios a inmunizarse.

Si bien todas las vacunas pueden llegar a causar efectos secundarios —y son bastante comunes— estos desaparecen rápidamente; por lo que, realmente sería más grave no inmunizarse.

 

Efectos indeseados de la vacuna contra COVID-19

Se ha reportado que algunas de las personas que recibieron las primeras dosis de la vacuna presentaron síntomas como fiebre, dolor de cabeza, enrojecimiento y molestia en el sitio de la inyección. Pero, estos no suelen preocupar a los científicos, ya que suelen ser parte de la respuesta inmunológica.

En entrevista con Jorge Baruch Díaz, jefe de la Clínica de Atención Preventiva del Viajero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y maestro en Ciencias en Políticas de Salud Global por la London School of Hygiene and Tropical Medicine y en Ciencias de la Salud en Epidemiología por la UNAM, explicó que, como todas las intervenciones médicas, las vacunas tienen efectos en nuestro cuerpo, algunos propios de la misma estimulación del sistema inmune.

“El ideal de una vacuna es que sea lo más eficaz posible y que genere los menos efectos indeseables”, mencionó el especialista y agregó que básicamente no se puede evitar que se produzca fiebre, “porque es el proceso que el cuerpo lleva a cabo para identificar un agente externo y para provocar una respuesta”.

 “Algunos efectos indeseables son esperados, porque así es como nos indica nuestro cuerpo que está reaccionando ante un agente y una forma importante para que pueda llevar a cabo una respuesta inmunológica que dure un tiempo importante, a largo plazo”, aseguró Diaz.

Entonces, hay eventos que no se podrán evitar, pues son parte del mecanismo inmunológico que le confiere a nuestro cuerpo la inmunidad necesaria para asegurar una protección, añadió el maestro en Ciencias de la Salud en Epidemiología.

Sobre los efectos graves, Díaz aseguró que hasta ahora no se pueden reducir. Por eso, dijo, es importante que se hagan este tipo de estudios a gran escala, fase 3, para poder detectar hasta los más raros y añadió que se toman en cuenta la diversidad genética, racial, de grupos étnicos y las circunstancias sociodemográficas que determinan a nuestra salud, pues va a existir esta gran probabilidad de que alguno, por lo menos, pueda reaccionar de manera adversa a una vacuna.

Sin embargo, el especialista enfatizó que las vacunas —incluidas las más recientes— transcurren por protocolos estrictos de ciencia que aseguran que esa probabilidad, de que provoquen reacciones adversas, sea mínima.

Algunas de las nuevas vacunas —llamadas de ARNm— no contienen virus debilitados o muertos, como las que ya se conocen y usan para otras enfermedades, más bien se trata de instrucciones para que se produzca una porción de la llamada proteína espicular, lo que desencadena una reacción inmunológica. Díaz señaló que esta es la primera vez que se aprueban este tipo de vacunas.

Sobre las nuevas cepas, el médico comentó que aún no hay evidencia suficiente para integrarlas a las dosis, pero, de ser necesario, estas tecnologías permitirán incorporarlas de manera más fácil a la plataforma.

 

Casos de efectos adversos en México y el mundo

El 30 de diciembre del 2020, México presentó el primer caso de una reacción grave por la aplicación de la dosis contra COVID-19. Sin embargo, se trató de un caso extraordinario que ocurrió cuando el fármaco ya había sido aplicado a casi 20,000 profesionales de la salud.

Esto ocurrió en Coahuila, cuando una doctora de 32 años presentó erupciones en la piel, hinchazón de lengua y labios, así como dificultades para respirar: síntomas de una reacción alérgica. Una media hora después de haber recibido la vacuna de Pfizer-BioNTech, la médico sufrió convulsiones y disminución de fuerza muscular (derivados de una encefalomielitis); por lo que fue trasladada a cuidados intensivos donde fue tratada por inflamación cerebral. Afortunadamente, la sanitaria ya ha sido dada de alta.

“No hay una respuesta conocida que lleve a estos eventos de convulsión o encefalitis”, explicó Víctor Hugo Borja, director de Prestaciones Médicas del IMSS, por lo que aún se estudian estas reacciones. El director también urgió a quienes tengan historial de reacciones alérgicas graves reportarlo antes de que les sea aplicada la vacuna.

Para el 23 de enero del 2021, en México han sido detectados 3,868 casos de reacciones adversas; de estos, 3,329 no fueron graves, mientras que 39 fueron graves (un número muy pequeño si se considera que se trata del 1 por ciento de la totalidad de las dosis aplicadas), así lo reportó José Luis Alomía, director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud durante la conferencia vespertina.

En el mundo, otros casos de efectos adversos se dieron en Estados Unidos y el Reino Unido: un paciente de EU y dos británicos sufrieron un shock anafiláctico, así como enrojecimiento de la piel y dificultad para respirar. Estas personas no tenían enfermedades previas ni se sabía que eran alérgicas, por lo que las autoridades sanitarias advirtieron a las personas alérgicas que evitaran vacunarse.

Sin duda, los casos que más han llamado la atención son los decesos de 33 ancianos en Noruega, los cuales sucedieron después de la primera dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech. Todos eran mayores de 75 años y padecían graves enfermedades incluso antes de inocularse.

Al respecto, Sigurd Hortemo, médico jefe de la Agencia Noruega de Medicamentos, aseguró que no se puede descartar que los efectos adversos comunes a la vacuna puedan llegar ser mortales en pacientes con problemas de salud subyacentes graves. Hasta el momento, poco se sabe sobre los riesgos de la vacuna en personas mayores y frágiles, ya que los sujetos que participaron en las pruebas, en promedio, tenían 50 años.

También se han presentado efectos secundarios con las otras vacunas; por ejemplo, con la de Moderna —bastante parecida a la de Pfizer— hubo pocas reacciones alérgicas y, en algunos casos, ocurrió una parálisis del nervio facial; aunque aún falta más investigación para aclarar si esto está relacionado con el ARNm o con las nanopartículas lipídicas que lo encapsulan.

Además, funcionarios de salud alemanes no recomiendan la vacuna de AstraZeneca para mayores de 65 años. Esto porque el Comité Permanente de Vacunación (STIKO) del Instituto Robert Koch de Alemania (RKI), la principal autoridad de salud pública del país, ha puesto sobre la mesa que no hay suficientes datos sobre la eficacia de la vacuna para este grupo de edad.

Sin embargo, el Reino Unido, que ya ha aprobado la vacuna Oxford-AstraZeneca, ha estado administrando dosis a personas mayores de 65 años.

Por ahora, los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) alertan que quienes han presentado anafilaxis o una reacción alérgica inmediata, aunque no sea grave, no deberían recibir una vacuna de ARNm contra COVID-19.

 Esto incluye reacciones alérgicas al polietilenglicol (PEG) y al polisorbato. Como tal, este último no está incluido en ninguna de las vacunas ARNm contra COVID-19, sin embargo, está estrechamente relacionado con el PEG, que sí se encuentra en las dosis. Por ello, las personas que son alérgicas al PEG o al polisorbato no deberían recibir este fármaco.

 

¿Por qué confiar en la vacunación?

La vacunación es el primer paso para detener la pandemia, no sólo eso, ha probado ser muy efectiva para erradicar enfermedades como la viruela y mantener a raya algunas otras como el sarampión. Jorge Baruch Díaz subrayó la importancia de confiar en que la vacuna es segura y eficaz, pues: “Ha sido producto de la ciencia y de una gran coordinación y cooperación a una escala sin precedentes.”

Además, el jefe de la Clínica del viajero detalló que todas las vacunas son severamente desarrolladas bajo un protocolo de metodología científica. “Estos métodos de la ciencia están diseñados para detectar todo lo que tiene que ver con seguridad, efectividad y eficacia” y agregó que pasan por muchas etapas del desarrollo de la investigación, por lo que, cuando son sometidos a los comités de seguridad de nuevas moléculas de las autoridades sanitarias de cada país, se toma en cuenta el bienestar de las personas.

Al final de cuentas, las vacunas son un beneficio. “A pesar de, efectivamente, los efectos indeseables que se puedan llegar a desarrollar”, dice Díaz.

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