COLUMNA | Insomnio y Arquitectura

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18 Septiembre 2020 Luis Othon Villegas Solis | LVS-Architecture

¿Es posible mejorar la calidad del sueño a través de la arquitectura y el diseño? ¿Cómo es que la arquitectura juega un papel relevante en la salud y el sueño de las personas? El dormir es una de las actividades más importantes para los seres humanos, ya que es el momento clave para la recuperación de energía y un potente aliado para el rendimiento mental y emocional de las personas. Sin embargo, la cantidad de horas de sueño necesarias para que el cuerpo se recargue de energía se ve limitada por los cambios de estilo de vida y las actividades sociales, culturales, laborales y lúdicas.

La historia de la humanidad ha sido marcada por el concepto del tiempo a través del ciclo solar.  Las actividades contemporáneas han cambiado la manera sobre como conectamos con nuestra propia naturaleza, los hábitos del trabajo, convivencia, alimentación y por lo tanto el ritmo circadiano. Ahora parece irrelevante el ciclo natural marcado por el día y la noche, ya que nuestros horarios actúan con la comunicación global (sin tiempo ni geografía) y sujetos a las herramientas tecnológicas. Este cambio en el quehacer diario nos lleva a repensar la arquitectura y los espacios que habitamos, y a reconocer que el ciclo solar ha dejado de ser la referencia para las actividades diarias. 

Una de las características dominantes en la ciudad contemporánea es la imperante necesidad de iluminación de los espacios públicos y privados. Y sin darnos cuenta hemos aceptado un mundo constantemente iluminado. La iluminación de las ciudades es objetivo de agendas públicas gubernamentales y cívicas que buscan la seguridad en los espacios públicos urbanos. Sin embargo, no debemos olvidar que los excesos y la mala planeación de la iluminación urbana afecta indirectamente la flora, fauna y desde luego a los seres humanos, provocando el insomnio. Afortunadamente las agendas medioambientales comienzan a hacer un llamado sobre los efectos de la contaminación lumínica de las ciudades y aunque hay mucho por hacer, poco a poco vendrán cambios que regulen la iluminación urbana en el futuro. 

A un nivel menor pero relevante, los arquitectos y diseñadores podemos hacer una gran diferencia sobre el control de iluminación y las afectaciones en el ritmo circadiano, y el insomnio en las personas. Con el ritmo circadiano nos referimos al sistema que relaciona los cambios físicos, conductuales y mentales, con la cantidad de luz u obscuridad que perciben los organismos vivos. Es decir, una relación directa entre iluminación y regulación biológica, principalmente con el ciclo solar.  

La arquitectura juega un papel relevante en la creación de espacios que permiten el acceso y utilización de luz natural y el uso correcto de la iluminación artificial. Aunque sabemos que la iluminación artificial extiende de manera relevante la productividad de las actividades cotidianas, no podemos dejar de lado las evidencias que demuestran como el brillo excesivo de luz, así como los teléfonos celulares, televisión, computadoras y tabletas, tiene efectos adversos en el bienestar de las personas. (Panda, 2015) 

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El cerebro y la iluminación artificial

La función optima de nuestro ritmo circadiano nos permite gozar de una buena salud que se traduce en un incremento significativo del promedio de vida. Esto quiere decir que, si la mayor parte del tiempo la pasamos en espacios interiores carentes de iluminación natural, nuestro ritmo circadiano se ve comprometido y desfasado de su estado natural, afectando directamente nuestra calidad de sueño y recuperación de la energía a nivel neuronal. Un ritmo circadiano afectado puede detonar enfermedades crónicas, o incluso cáncer de mamá, próstata, obesidad y diabetes. (Savvidis - Koutsilieris, 2012).

Vale la pena revisar todos los espacios que habitamos, no solo de descanso sino de las actividades cotidianas comunes y evaluar si la percepción espacial afecta nuestro estado de ánimo, calidad de sueño y salud. Quizás podemos observar que un espacio mal iluminado nos provoca dolores de cabeza e insomnio. Pero también es importante revisar aquellos espacios donde logramos sentirnos bien, y buscar los factores que podemos controlar; por ejemplo, el tipo de luminarias, el control de luz solar en las ventanas, y la temperatura de la iluminación requerida para cada actividad que desarrollamos.

Iluminar un espacio habitable con luz solar es clave primordial para el fortalecimiento de las funciones biológicas y la salud de las personas. La recomendación principal es hacer uso de los sistemas pasivos ambientales a través de una buena orientación y ventilación natural. En espacios habitacionales para dormir, una orientación controlada y estudiada en el rango Este, es recomendada para permitir el ingreso de luz natural por la mañana y fortalecer el sistema inmunológico de las personas. Por un lado, porque la luz solar durante las primeras horas del día provoca un estado de alerta debido a la supresión de la hormona del sueño llamada melatonina; y por otro, la reducción gradual de iluminación durante la tarde y noche provocará la secreción de esta hormona dando como resultado un mejor descanso y sueño.

Ahora pensemos en los espacios donde los niños desarrollan actividades diarias, por ejemplo, el salón de clases, donde lo recomendable es permitir el ingreso de luz natural porque se beneficia el desarrollo del cerebro y la creatividad. Está demostrado que los niños que estudian y desarrollan actividades en áreas iluminadas naturalmente tienen mayores capacidades cognitivas, retención de información, memoria y creatividad.  

La tecnología y la iluminación.

El uso de una buena tecnología no puede quedar detrás de todo esto, ya que gracias a la iluminación artificial podemos prolongar las horas de trabajo, convivencia y estudio. Sin embargo, vale la pena mencionar que debemos controlar y cuidar la iluminación artificial de nuestros hogares, por ejemplo una iluminación fría de LED y por encima de los 4000K puede afectar los niveles de melatonina durante la noche. Es decir, nuestro cuerpo por su naturaleza estaría acostumbrado a seguir el ciclo solar y obscuridad de la noche para producir la melanopsina que regula la fotosensibilidad de la retina, y en consecuencia segregar melatonina. (Panda, 2015)

En este sentido, si las habitaciones de los hogares cuentan con iluminación brillante en exceso, se estaría afectando la calidad del sueño de sus usuarios. Un ejemplo del problema se acompaña también del uso de la televisión, las pantallas de celulares, tabletas y computadoras. En el caso de las recámaras, lo ideal es seguir la iluminación natural del trayecto solar durante el día y la noche, y complementarlo con lamparas controladas en atención a las funciones del espacio. En todas las habitaciones es recomendable no encender luces de alta intensidad por la noche, sino mantener una iluminación regulada que permita ajustar el ritmo circadiano de los usuarios de forma natural con el paso del día a la noche.

 Arquitectura y percepción sensorial

La arquitectura debe estudiarse desde la percepción sensorial que provoca la luz y la oscuridad. Debemos comprender y analizar los efectos y beneficios de la iluminación solar. El control de la iluminación natural en los espacios interiores es una estrategia poco utilizada por arquitectos y diseñadores. La sensación y observación de los rayos solares en el interior de un espacio nos conduce a momentos placenteros, únicos y de conexión con el universo. Ese es el momento al que hacemos referencia, a la iluminación de los espacios a través de aperturas estudiadas en los muros, techos y sus reflejos. Dirigir y controlar el trayecto solar eleva en todos la curiosidad y apreciación del interior de manera diferente, y nos permite comprender cuan importante es esta conexión sensorial revelada por la luz y obscuridad. Se trata de buscar la formula perfecta, la suficiente, necesaria y requerida iluminación para mantener el ritmo circadiano en perfecta armonía con nuestra naturaleza. 

Aun tenemos mucho camino por explorar entre la iluminación y la arquitectura, y al mismo tiempo reconocer como afectará nuestro cerebro, salud y bienestar.  Estudios avanzados en la neuroarquitectura están evaluando los efectos en el ritmo circadiano de las personas y la percepción sensorial de los ambientes construidos. El sueño debe convertirse en la prioridad de los programas de necesidades y un problema para resolver en los proyectos, no solo de casas habitación, edificios, escuelas, hospitales, oficinas, sino de todos los espacios que habitamos.

Referencias:

Hatori, M., S. Panda, 2010. The emerging roles of melanopsin in behavioral adaptation to light. “Trends Mol Med 16 (10):435-46

  1. Panda, Marks F. 2015. Circadian lighting for health. ASHRAE journal. www.ashraejournal.org

https://www.nigms.nih.gov/education/fact-sheets/Pages/circadian-rhythms-spanish.aspx

 

AUTOR: Luis Othon Villegas Solis | LVS-Architecture www.lvs-architecture.com

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