OPINIÓN | Mitos y realidades en el sector eléctrico
Estamos viviendo una situación especial en el sector eléctrico. Por un lado, ciertas peleas, denuncias y amparos han llenado los medios de comunicación y crean la impresión en un grupo importante de empresarios de que actualmente nada funciona y por el otro lado, tenemos un mercado eléctrico vibrante, excelente oferta de generación y muchísimas empresas licitando y cerrando compras de energía en el mercado eléctrico privado.
Para varias empresas muy activas en el sector, como por ejemplo Energy to Market (E2M) y sus clientes, 2020 ha sido un año excelente.
La realidad es que estamos viendo al sector desde perspectivas e intereses muy diferentes. En los medios, los espacios han sido ocupados con un tema que en la transición de pre-reforma a post-reforma energética nunca quedó aclarado de forma concluyente. Hoy 6 años después, no hemos llegado a una conclusión con respecto a los “artículos transitorios”. Para el común de nosotros, los transitorios fueron eso, transitorios y no debieran ser aplicados seis años más tarde.
Quisiera describir algunos retos que enfrentamos como sector y que debemos trabajar en conjunto. La solución solo se logra si todos ponemos algo de buena voluntad y que el sector privado promueva e implemente acciones concretas, sin pedir permisos ni subsidios:
1. La calidad de las redes de transmisión y distribución y por ende la calidad de la energía que recibimos no es buena.
Pero tanto generadores como usuarios tratamos de mantener nuestras instalaciones con estándares tecnológicos definidos hace ya casi 10 años. Si la calidad de la energía que entregamos a la red o el impacto que como usuarios tenemos sobre la red no es bueno, las inversiones en las redes de CFE nunca serán suficientes. Ante la mala calidad de la energía recibida, muchas empresas reaccionan invirtiendo en plantas de generación de emergencia, UPSs y reguladores de voltaje. Existe el mito de que las innovaciones tecnológicas como baterías, inversores modernos, arrancadores suaves, etc. aún no son la solución. El desconocimiento técnico y la falta de análisis costo beneficio están convirtiendo nuestro mercado en un mercado tecnológicamente obsoleto.
2. Hay excesos de generación en ciertas zonas del país y falta generación en otras regiones.
Por diversas razones, algunas válidas, otras no, se construyeron centrales de generación donde no son requeridas. Sorprendentemente, algunas empresas y regiones del país insisten aún hoy en continuar implementando proyectos que por su ubicación y tecnología obsoleta realmente no aportan a solucionar los retos que enfrenta nuestra red eléctrica. La respuesta más fácil y por ende muchas veces equivocada es: la CFE debe construir nuevas redes de transmisión. Nuestro enfoque como sector privado debiera ser la cancelación de proyectos “malos” y la actualización tecnológica de proyectos rescatables.
En muchos países y también en México, construir nuevas líneas de transmisión que recorren cientos de kilómetros y atraviesan municipios y pueblos no es viable. Conseguir derechos de vía para construir algo que ninguna comunidad quiere ver en su “patio trasero” pareciera casi imposible. Pedirle al gobierno que las construya o, que dando garantías soberanas las construya el sector privado, sin enfrentar riesgos, es una utopía y no nos lleva en dirección de la modernización tecnológica que requiere nuestro sistema eléctrico nacional.
3. Falta un plan de modernización tecnológica ligado a la generación existente, a nuevos proyectos de generación renovable y a las cargas de las grandes empresas.
El código de red que se está implementando hoy, se discutió hace seis años y se publicó en el año 2016. Los avances tecnológicos en estos años, sin embargo, han sido impresionantes.
Hoy todas las centrales de generación deberían incorporar baterías y modernizar sus sistemas de control. Por la mala calidad del suministro eléctrico en muchas partes del país la generación debe ayudar a estabilizar el suministro eléctrico, especialmente la generación solar in situ y la cogeneración. La incorporación de baterías, inversores modernos y software de control puede resolver muchos de estos retos y mejorar la calidad de la energía. Sin embargo, persiste el mito: las baterías y el software de control aún no son competitivos. ¿Si me creo el mito y lo repito, para que hago un análisis? Mejor sigo comprando generadores de emergencia, UPSs y reguladores de voltaje a pesar de que representan una gran inversión. Es tal la fuerza del mito que los empresarios lo repiten y lo vuelven a oír de sus colegas empresarios que no le asignan la tarea de investigar a fondo el tema a alguien de su equipo con conocimientos tecnológicos suficientes.
A las energías renovables, cogeneración y generación en sitio no las para nadie. Las inversiones en generación a gran escala, tanto pública como privada están estancadas. Si el crecimiento económico se recupera un poco y aumenta el consumo eléctrico, vamos a volver a tener apagones. Esto presenta grandes oportunidades para el sector privado que pudiera estar generando nuevos negocios sin intervención del gobierno.
Me permito sugerir algunas acciones concretas:
Llenar los medios de comunicación de “malas noticias” y repetir los mitos de que la tecnología moderna aún no es competitiva, crea confusión y frena las oportunidades de negocio entre empresas del sector privado. Los grandes fabricantes de paneles solares, inversores, motores y turbinas de gas natural, baterías e inversores, deben exigir a sus canales de venta e integradores cumplir con niveles de calidad modernos y educarnos a todos haciendo una labor de mercadeo mucho más eficiente.
Las asociaciones que representan las diversas tecnologías de generación y las que representan a suministradores calificados y otros participantes del mercado deben enfocar sus esfuerzos a promover nuevas tecnologías y mejorar la calidad de la red. Es hora de que los temas técnicos y comerciales recuperen el “center stage” y que los abogados y los departamentos de relaciones gubernamentales promuevan la modernización tecnológica y no solo se dediquen a frenar cualquier cambio a las reglas establecidas hace 6 años.
Las cámaras industriales deben promover el uso de nuevas tecnologías entre sus agremiados y trabajar en conjunto con las universidades e institutos tecnológicos para capacitar tanto a estudiantes como al personal de nuestras empresas.
Todo nuestro sector, fabricantes, EPCistas, integradores, desarrolladores, generadores y usuarios tenemos una gran oportunidad para impulsar nuestros negocios, ser más eficientes y crecer de forma muy rentable. Sugiero un cambio de enfoque hacia lo que sí podemos hacer y concentrarnos en implementarlo.