Aplicación de pruebas masivas para COVID-19: mito o acierto

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15 Abril 2020 María José Ramírez/Grupo Expansión

México ha declarado que sólo se las aplicarán cuando sea necesario. ¿Por qué la Secretaría de Salud se decidió por esta estrategia?

Desde que el 23 de marzo el diario estadunidense The New York Times publicara un artículo sobre la estrategia que Corea del Sur ha llevado para controlar y aplanar la curva de infecciones por covid-19, los ciudadanos se han preguntado si México debería seguir los mismos pasos.

Pero incluso antes de que apareciera el texto, los países afectados por la pandemia del nuevo coronavirus ya habían puesto sus ojos sobre el trabajo del país asiático. El problema radica en qué fase se encuentren y si es posible replicar la misma estrategia, es decir, si la situación que viven actualmente podría remediarse siguiendo esos mismos pasos o será mejor buscar una nueva estrategia.

“Una semana después de que el primer caso del país fuera diagnosticado a finales de enero, funcionarios del gobierno se reunieron con diferentes empresas médicas. Instaron a las compañías a desarrollar kits de prueba para diagnosticar el coronavirus para producción masiva, prometiendo su aprobación urgente”, asegura The New York Times en su artículo “How South Korea Flattened the Curve”.

De acuerdo con la publicación, las pruebas no son aplicadas en hospitales o clínicas para evitar la saturación de las instituciones, por lo que las autoridades abrieron 600 centros donde son atendidas tantas personas como les permite la capacidad y tan rápido como es posible; de esta manera el personal de salud se mantiene seguro, pues se aminora el contacto con posibles infectados. 

Corea del Sur ahora produce más 100,000 kits de prueba por día y las autoridades aseguran que están hablando con 17 gobiernos extranjeros para exportarlas.

Pero Corea del Sur no es el único país realizando pruebas. Alemania hace en promedio medio millón de tests a la semana, y algunos expertos realmente ven la relación entre hacer pruebas masivas y el número de fallecimientos.

“Una razón por la que tenemos tan pocas muertes en comparación con el número de personas infectadas es que hacemos muchas pruebas, medio millón a la semana”, afirma el virólogo alemán Christian Drosten para el diario France 24.

Más que distancia social

En el informe diario por Coronavirus del 28 de marzo pasado, el canciller Marcelo Ebrard aseguró que cotidianamente se reúnen por llamada con Estados Unidos y Canadá, así como con los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños para saber si están usando pruebas.

“¿Alguien está usando pruebas? ¿Qué pruebas son? Resulta que casi nadie. ¿Países europeos están usando pruebas? Pues no. No están autorizadas o sí están autorizadas en algunos casos. ¿Qué tipo de pruebas? Toda esa parte más medicamentos, ¿cómo estamos en suministro y qué podemos hacer entre todos para que nos vaya mejor como humanidad?”, dijo Ebrard sobre las pruebas, que según él, pocos países realizan.

Sin embargo, un artículo de Infobae publicado el 17 de marzo señala que el titular de la Organización de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, aseguró que el distanciamiento social no será suficiente para frenar la epidemia mientras no se realicen más pruebas de detección.

“No hemos visto una escalada urgente en las pruebas, aislamiento y rastreo de contactos que es la columna vertebral de la respuesta al coronavirus. No puedes combatir un incendio a ciegas. No podemos frenar esta pandemia si no sabemos a quién está infectando. Nuestro consejo a los países es sencillo: pruebas, pruebas, pruebas”, añadió Ghebreyesus.

Asimismo, el titular de la OMS señaló que muchos gobiernos realizan exámenes solo a los pacientes más graves, lo que puede falsear las estadísticas, así como propiciar que personas con síntomas más leves continúen propagando el virus.

Entre otras recomendaciones por parte de la OMS están el realizar pruebas de laboratorio a los casos de neumonía atípica, a casos sospechosos y a personas que estuvieron en contacto con pacientes infectados con el virus.

México descartó las pruebas rápidas

En México la aplicación de pruebas masivas ha quedado descartada, al menos así lo ha notificado el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez.

 “Ninguna autoridad sanitaria competente del mundo ha acreditado pruebas rápidas. Misterio resuelto. No hay pruebas rápidas útiles en este momento. No es una resistencia nuestra, si no son competentes, no tenemos por qué utilizarlas”, aseguró el funcionario en la conferencia de prensa del 1 de abril.

“Con la colaboración de la Embajada de Estados Unidos en México y apelando a lazos de colaboración profesional de experiencias previas, tuvimos una conversación con dirigentes de la FDA y nos confirmaron que no ha acreditado ninguna prueba rápida para el coronavirus para su uso en esta epidemia”, añadió López-Gatell.

Sin embargo, esto no quiere decir que en México no se realicen pruebas de detección de COVID-19. El subsecretario se refiere a pruebas rápidas que no se realizan en laboratorio, sino de manera ambulatoria.

 “Tienen que ir acompañadas de otras medidas de mitigación que son el distanciamiento social, el lavado o higiene de manos y la etiqueta respiratoria (…) En particular nuestro país tiene y realiza pruebas precisamente para confirmar todos los casos”, explica Ana Lucía de la Garza Barroso, directora de Investigación Operativa Epidemiológica, y agregó que las pruebas masivas no servirán para frenar la pandemia.

 

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