Recursos geotérmicos en México representan una oportunidad

2020-07-22 Irayda Rodríguez, Grupo Expansión
Geotermia y su potencial en Mexico
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México está considerado como uno de los países pioneros en el aprovechamiento de la energía calorífica que proviene del interior de la Tierra, a partir de la cual se genera electricidad. Sin embargo, todavía hay desafíos por vencer para esta fuente renovable.

 

Desde hace casi cinco décadas, la energía geotérmica se ha aprovechado en México mediante la perforación del suelo con pozos que van de una profundidad de 2,000 a 2,500 metros. De ahí, se obtiene el vapor que mueve las turbinas de las centrales para generar energía eléctrica.

Como explica el Dr. Luis Gutiérrez Negrín, miembro directivo del Proyecto GEMex (iniciativa conjunta entre la Unión Europea y México), la primera planta geotermoeléctrica inició en el país en 1959 y, de manera comercial, las primeras instalaciones que funcionaban hasta hace unos años empezaron operaciones en 1973 en el campo geotérmico de Cerro Prieto, en Mexicali.

A la fecha, agrega el especialista, México se encuentra en el séptimo lugar mundial en la capacidad geotermoeléctrica total, que al primer semestre de 2020 rondaba los 1,000 MW. Sin embargo, la nación ha descendido algunos niveles en la escala global, donde Estados Unidos, Indonesia, Filipinas, Turquía y Nueva Zelanda son las mayores potencias. 

Uno de los principales desafíos que enfrenta el aprovechamiento de esta fuente de energía renovable para generar electricidad es la cuantiosa inversión inicial que se requiere para construir y echar a andar una central geotérmica.

“Cuando se instala una planta de cualquier otra energía renovable, ya sea una planta eólica o solar, basta con hacer un estudio para ver cuál es la cantidad de insolación o cuál es la velocidad promedio del viento en cierta zona. Una vez que se selecciona el sitio, la planta se instala sin mayor problema. En el caso de la geotermia, el recurso está escondido a metros de profundidad y no siempre es evidente el lugar donde hay que perforar el pozo para obtenerlo”, afirma el Dr. Gutiérrez Negrín.

Por ello, es necesario hacer una serie de estudios de exploración para invertir en las pruebas finales para perforar el pozo y encontrar el recurso que se está buscando. Como ejemplo, un pozo geotérmico a unos 2,500 metros de profundidad tiene un costo aproximado de cinco millones de dólares.

El punto clave es que pueden presentarse fallas, aunque los estudios se hayan realizado con extremo cuidado, y que el agua no alcance la temperatura suficiente para el aprovechamiento del vapor del subsuelo, por mencionar un factor. 

Ahora bien, si los análisis de la zona son favorables y tras evaluar el yacimiento se decide que es viable, la construcción de la planta podrá llevarse a cabo. Sin embargo, agrega el directivo, pueden pasar de tres a seis años desde el inicio del proceso hasta que la planta empiece a generar energía con conexión a la red eléctrica, por lo que la inversión tarda más en recuperarse.

“El costo unitario del MW o kW de capacidad instalada suele ser, prácticamente, el doble de lo que cuesta un kW de una planta eólica o una solar. Por supuesto, una vez que ya se hizo la instalación, y que se presenta el costo nivelado de generación, el costo del kW/h se vuelve muy competitivo, ya que la materia prima es gratuita, como también ocurre en el caso del viento y el sol”, declara Gutiérrez Negrín.

Y agrega que, cuando el recurso se encuentra y se empieza a explotar, la gran ventaja es que la energía geotérmica es una energía constante, predecible y que no varía a lo largo del día ni por precios internacionales, como es el caso del gas natural u otros combustibles fósiles. Lo que la convierte en una de las fuentes más estables para la generación de electricidad.

En cuanto a las zonas en México que tienen mayor potencial para aprovechar los recursos geotérmicos convencionales destaca el centro, al que el especialista refiere como el Eje Neovolcánico. Esta es la franja que se extiende de costa a costa en el territorio nacional y en la que se acumulan muchos volcanes que permanecen activos o tuvieron actividad reciente. De igual manera, la franja en la Península de Baja California figura por su capacidad.

En el país se tienen instalados y en operación tres campos geotérmicos en el Eje Neovolcánico: la Central Geotermoeléctrica Los Humeros, en el área entre Puebla y Veracruz; Los Azufres en Michoacán, el Domo San Pedro en Nayarit y un campo próximo a desarrollarse cerca de Guadalajara, Cerritos Colorados.

Por su parte, en Baja California se localizan dos campos de menores dimensiones: Las Tres Vírgenes en Baja California Sur y el ya mencionado Cerro Prieto, en Mexicali, muy cerca de la frontera con Estados Unidos. En su mayoría son operados por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), mientras que el Domo de San Pedro ha sido puesto en marcha por la compañía privada Grupo Dragón.

“La energía geotérmica representa, aproximadamente, el 1.2? la capacidad eléctrica total instalada en el país, que se acerca a los 70,000 MW. Sin embargo, en lo que se refiere a la generación de electricidad que ya se está produciendo, la aportación de la geotermia sube, ligeramente, a 1.5%”, expone el entrevistado.

Y aunque estaba previsto que el potencial de México en energía geotérmica aumentara el doble de su capacidad actual, aproximadamente 2,000 MW, la CFE anunció la cancelación de la licitación en concurso abierto internacional para la construcción de una planta de 25 MW en el campo de Los Humeros, a mediados de julio.

Como refiere el Dr. Gutiérrez Negrín, la suspensión de este proyecto, en conjunto con las licitaciones para la edificación de otras tres plantas en el país (dos de ciclo combinado en Guanajuato y San Luis Potosí y una de combustión interna en Baja California Sur), responde a que “se estima que la demanda de energía eléctrica descenderá junto con el resto del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que no serían necesarias esas nuevas unidades”.

 

Colaboración científica internacional

Otro tipo de recursos que se está desarrollando, tanto en México como en otras partes del mundo, son los recursos geotérmicos de roca seca caliente que, como explica el especialista, se pueden desarrollar para la optimización de los sistemas térmicos mejorados (EGS) para la generación eléctrica.

Precisamente, este es uno de los puntos que ha desarrollado el proyecto GEMex. La estimación a futuro es que, cuando estos recursos sean explotables en unos cinco años, el potencial de México y del mundo para la energía geotérmica puede ser de 10 a 20 veces más alto que el ya mencionado. 

El proyecto inició hace tres años, a partir de la convocatoria que lanzó el Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Energía-Sustentabilidad Energética (FSE) para impulsar la investigación científica y tecnológica. En México se encuentra en las fases finales, siendo que la contraparte europea (encabezada por el Centro de Investigación en Geociencias con sede en Alemania) ya concluyó su trabajo.  

El consorcio está liderado por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), que agrupa a tres centros académicos de la UNAM, el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) y el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL). Se concentró en la región de Acoculco en Puebla y en el campo geotérmico de Los Humeros, con permiso de exploración de la CFE.

De igual manera, el Gutiérrez Negrín concluye que además de aprovechar el recurso geotérmico para la generación de electricidad, que es el más rentable, las aguas residuales también pueden emplearse como usos indirectos del calor geotérmico, que alcanzan temperaturas de hasta 120° C.

Por ejemplo, países como Islandia utilizan el agua caliente para los sistemas de calefacción en casas y edificios, mientras que naciones como China la destinan a los invernaderos para la producción de flores o en instalaciones para la crianza de peces.