Innovación, la clave para una correcta sanitización y desinfección

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18 Mayo 2020 María José Ramírez/Grupo Expansión

Esos dos procesos serán esenciales en los siguientes meses para combatir la pandemia por coronavirus

Para evitar los riesgos de contagio por COVID-19, es de vital importancia que se saniticen y desinfecten los espacios hospitalarios, así como áreas comerciales e industriales o el mismo espacio público.

Para combatir los microorganismos que puedan dañar nuestra salud, investigadores se dan a la tarea de desarrollar sustancias que sean efectivas en la eliminación y que su efecto permanezca más tiempo después de la aplicación.

Amada Alcalá Blanco, gerente de Innovación y Desarrollo de Grupo AlEN, aseguró en entrevista que para desarrollar tecnologías y sustancias para sanitizar y desinfectar se requiere de mucha investigación. Pero no sólo eso, también se requiere hacer pruebas con cada uno de los microorganismos a diferentes concentraciones del activo y con diferentes tiempos de contacto.

Esto puede parecer complicado si se toma en cuenta que existen miles de microorganismos; sin embargo, los investigadores se enfocan en aquellos que nos producen enfermedades o son un riesgo para nuestra salud.

 “Esto hace que la selección del desinfectante esté enfocada en el tipo de microorganismo a eliminar y el tipo de superficie que se quiere limpiar”, explicó Alcalá Blanco.

Además, la química farmacobióloga afirmó que el agente desinfectante debe permanecer sobre las superficies determinado tiempo, que va desde los 30 segundos para las sustancias que actúan más rápido, hasta los 10 minutos. Este periodo garantiza la eliminación de microorganismos como virus, bacterias o esporas.

Otro aspecto a considerar al momento de desarrollar un producto desinfectante es la garantía de que no será tóxico.

“Entonces, se hacen otra serie de evaluaciones en cuanto a daños a la salud, para que estemos seguros de que aparte de protegernos de los microorganismos la sustancia química o el método físico no cause un daño a la salud”, añadió Alcalá Blanco.

Asimismo, la experta señaló que es importante garantizar que no se dañe el medio ambiente cuando se utilice o aplique la sustancia desinfectante. 

“Cuando yo hablo de proteger nuestra salud no sólo hablo del contacto de las sustancia química o formulación con nuestro cuerpo, sino también por el daño que pueda producir a nuestro entorno”.

 

 Nanotecnología: innovación a microescala

Además de las comunidades científicas, las empresas trabajan con sus propios investigadores para desarrollar sustancias que ofrezcan mejores beneficios que las utilizadas actualmente.

Lauro Guido Fernández, ingeniero en alimentos con especialidad en integración de procesos operativos estandarizados de saneamiento y análisis de riesgos y director de operaciones del Corporativo Q.ats, explicó que para la sanitización de espacios hospitalarios es necesario usar productos distintos al hipoclorito de sodio, mejor conocido como cloro.

Si bien es cierto que en esos espacios también se suele utilizar cloro para la desinfección de algunas superficies, esta sustancia no puede utilizarse sobre cualquier material, pues es corrosiva. Además, hay lugares en donde es complicado aplicarlo o no es posible llevar la desinfección y limpieza. 

Q.ats desarrolló una molécula con una estructura creada a base de nanotecnología en la Universidad Emory, en Atlanta, Georgia, que tiene la ventaja de no ser corrosiva ni tóxica, y también es biodegradable.

Una de las características de esta molécula es su permanencia en las superficies, pues una vez que se aplica permanece hasta por 30 días. Asimismo, tiene una capacidad de distribución uniforme.

“Cuando se aplica la molécula, ésta busca a las otras moléculas hermanas y van formando una red que genera una micropelícula antimicrobiana”, explicó el ingeniero.

Pero la característica más importante de esta molécula es su capacidad de eliminación por amplio espectro, eliminando hasta un 99.99?bacterias, virus, hongos, algas y levaduras.

“En el caso de los virus los elimina a través de un proceso de lisis, que es el rompimiento de la envoltura y capsómeros del virus, afectando el material genético de éste para lograr su inactivación”, asegura Guido Fernández.

 

Aplicación profesional

Para que todo el proceso de limpieza sea efectivo, no es suficiente desarrollar sustancias innovadoras, también se requieren procesos diseñados para su correcta aplicación

De esta manera, las características de la molécula van de la mano con el protocolo de aplicación del producto, explica el ingeniero.

En la mayoría de los procesos, existen tres pasos importantes, con los que se asegura la limpieza de las superficies.

La primera es la limpieza, que permite remover la materia orgánica, que bien puede ser con los utensilios comunes o con tecnologías como el vapor, en el que utilizan agua a temperaturas de entre 80 y 145 centígrados. 

Después de eso, se realiza un proceso de aspersión o micronebulizado, que es la dispersión del desinfectante en forma de microgota con un tamaño de entre 15 a 20 micras. Y posterior a eso, se hace la termonebulización, un proceso en el que el desinfectante se aplica en forma nube para llegar a las áreas que humanamente son inaccesibles, como los ductos de ventilación, falsos plafones o las partes internas de aparatos electrónicos.

Este protocolo de desinfección se conoce como blindaje sanitario o desinfección de alto nivel, y termina con un método de verificación, con ayuda de un luminómetro y un hisopo, en donde sese hace una detección de cargas microbiológicas, verificando que la desinfección ha sido exitosa.

Este tipo de protocolos han sido generado con ayuda de asesores como epidemiólogos, infectólogos, químicos microbiólogos e ingenieros industriales para el uso de las máquinas, y en estos tiempos se han ido perfeccionando las técnicas para garantizar una desinfección total, sobre todo de virus y bacterias.

 

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