Almacenamiento energético en arena, una nueva alternativa

2020-11-25 Israel Díaz, Grupo Expansión
arena puede almacenar energia termica
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Diversas investigaciones ven en los desiertos la clave para el almacenaje térmico del futuro. Las propiedades de la arena le permiten gran estabilidad ante altas temperaturas.

 

El almacenamiento de energía es el gran reto de las renovables, sobre todo cuando se trata de la energía solar o eólica, ya que son energías que no siempre están disponibles y por ello se requiere un sistema de provisión para acumularlas.  

En particular para la energía solar, los sistemas de almacenamiento de energía térmica que se tienen en la actualidad emplean sales fundidas o aceites, pues son elementos que permiten guardar el calor. Sin embargo, siempre se está en búsqueda de mejores materiales que permitan un uso más eficiente de la energía.   

El almacenamiento en arena es un concepto que viene desarrollándose en la última década. Esta idea ha incitado algunas investigaciones que buscan amplificar el potencial de los desiertos para impulsar sistemas de energía termosolar. De este modo, se tendría un sustituto de los materiales utilizados actualmente en las plantas. 

 

Las investigaciones más avanzadas

Desde 2013 se revelaban estudios de un equipo de expertos del Instituto Masdar de Ciencia y Tecnología de los Emiratos Árabes, en los cuales se analizaban las propiedades de la arena para su posible uso en el almacenamiento de energía.

En ese entonces, energias-renovables.com publicó que la investigación emprendida en las zonas áridas de Oriente Medio principalmente se centró en la estabilidad térmica ante altas temperaturas, pues tiene la capacidad de soportar hasta 1,000 grados centígrados.

De hecho, entre los resultados del análisis se destacó que el nivel de reflectividad de la arena, ante una exposición directa de calor, la hacía un material óptimo para convertirse en un elemento captador, de transferencia y almacenaje de la energía calorífica.

En la investigación participó el laboratorio francés, Promes, y derivó en un proyecto denominado “Sandstock”. El objetivo era desarrollar un receptor solar (por gravedad) y un sistema que empleaba partículas de arena como medio de almacenamiento de energía térmica.

Para 2014, ya se reportaban otras investigaciones. Por ejemplo, el Grupo empresarial US Solar Holdings había iniciado un trabajo similar por su cuenta, pero en Estados Unidos. 

Ese mismo año, evwind.com informó que en Italia surgía otro proyecto, implementado por la Universidad de Nápoles. En este último, inclusive se había avanzado hasta la construcción de una planta de energía termosolar de concentración (CSP) con fines de demostración y con capacidad de 100kWh.

Al ser la energía solar la que más impulsa el sector de las renovables, resulta importante la búsqueda de nuevas formas de almacenamiento. De este modo se romperá con esa limitante y se sumará al crecimiento de las energías limpias.