COBERTURA | Análisis del costo real de la soberanía energética de AMLO

2020-11-10 Irayda Rodríguez, Grupo Expansión
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[Informa Markets México]

El panel de discusión con el que inició la agenda de MIREC Week 2020 fue contundente al analizar el estado actual de la política energética y si una contrarreforma se vislumbra en el horizonte.

En el memorándum que el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo llegar a los órganos reguladores, en julio de 2020, aseguró que el objetivo de su gobierno es recuperar el pleno dominio del petróleo y de la industria eléctrica, con la decisión de no continuar con la privatización del sector energético en México.

Este hecho puso la atención de todos los participantes del mercado en la posibilidad de que se establezca una nueva reforma constitucional. Precisamente el tema fue analizado durante MIREC Week 2020, un evento que reunió a los líderes y profesionales del sector de las renovables.

Durante su participación como panelista, Rosanety Barrios, analista independiente en Asuntos Energéticos y Consultoría, aseguró que la política de la administración actual realmente no es una sorpresa para nadie, pues el presidente ha sido consistente con su discurso desde las últimas dos décadas.

“La política tiene dos objetivos sencillos y claros: el no incremento a los precios de las gasolinas ni a las tarifas eléctricas. Esa es la promesa y tiene una estrategia compartida, ya que ambos se conseguirán con Pemex produciendo petróleo, por el lado de los hidrocarburos, y la CFE generando electricidad”, aseguró.

Sin embargo, destacó que este es un planteamiento insuficiente y complejo para el país, donde la población en general necesita identificar el riesgo que representa el cambio en la política energética y en las metas que se tenían establecidas con anterioridad, ante el desacuerdo de la participación de la inversión extranjera. 

Barrios puntualizó que es relevante asumir como realidad que el gobierno busca una contrarreforma y por eso se debe llevar a la discusión pública los beneficios o el daño que representa para el país, al tener claro que México ya no se percibe como un destino atractivo para que la iniciativa privada invierta, a pesar de que posee los recursos renovables.

“Este tipo de discusión es indispensable empezar a tenerla. Sí, se viene una contrarreforma, pero ¿eso qué le va a significar al país, a qué nos condena y qué implicaciones tiene para nosotros como “ciudadanos de a pie”?”, expresó la analista.

Al respecto, Eduardo Pérez Motta, Partner del SAI Derecho & Economía, dijo que parece válido argumentar que los fines del gobierno actual sean perseguidos a nivel de los precios de los energéticos, sin embargo, de ahí surge el cuestionamiento de si es conveniente y posible lograrlo de esa manera.

“Al ponerlo en un contexto más sencillo de entender, el gobierno llegó a hacer cambios regulatorios con el objetivo de defender su estrategia, pero hoy nos encontramos ante una incertidumbre legal que no recuerdo que haya existido en los últimos 20 años. Hay un congelamiento de las inversiones porque el ambiente se ha deteriorado en términos de confianza, en uno de los momentos más críticos a nivel global en materia del futuro de la energía”, explicó el especialista.

Como parte de este panel en el marco de MIREC Week 2020, Lourdes Melgar, Research Affiliate del MIT, expuso que la política del gobierno del presidente López Obrador no es conciliatoria, además de que “tener que refinar petróleo para generar electricidad sigue sosteniendo una visión limitada”.

“Es válido mantener la soberanía energética, el tema es cómo la defines y cómo llegas a ella. Con el objetivo que tiene el gobierno de producir energéticos a precios competitivos es fácil venderle a la población que no va a subir la gasolina o las tarifas eléctricas, pero se necesitan precios competitivos y reales, no subsidios que le cuestan al erario y que quitan recursos en temas de salud, educación y otros”, detalló Melgar. 

Finalmente, y sumado a lo anterior, se debe poner atención en que los compromisos en materia de emisiones contaminantes y de la generación eléctrica a partir de fuentes limpias también se están dejando de lado con esta política energética.