WEEKEND READS | El rol del metano en el cambio climático y la acción necesaria

2021-01-24 Conexiones 365
lectura del rol del metano
[Image by Pexels from Pixabay]

El metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO2 y sus emisiones a la atmósfera constituyen la segunda causa más importante del calentamiento global en la actualidad. Esta y otras afirmaciones clave por parte del Dr. Fatih Birol, director ejecutivo de la IEA (International Energy Agency), formaron parte de la presentación esta semana del más reciente estudio de la institución, enfocado a la reducción de emisiones de metano, principalmente por parte de la industria de petróleo y gas.

A partir de imágenes satelitales se ha podido comprender con mayor profundidad la naturaleza de las emisiones de metano, con un enfoque particular en aquellas que provienen de instalaciones de petróleo y gas, las cuales representan más de 70 millones de toneladas anuales a nivel mundial vertidas en la atmósfera. Esta cantidad de emisiones es equivalente a las emisiones totales de CO2 relacionadas con energía de toda la Unión Europea. Gracias a estas imágenes se han podido visualizar las filtraciones de metano más grandes, con miras a buscar una solución.

Y es que reducir las emisiones de metano que provienen de la operación de la industria del petróleo y gas es una de las acciones con mayor impacto que los gobiernos pueden tomar para alcanzar las metas necesarias a nivel global en materia de cambio climático. Una de las formas en las que los gobiernos pueden jugar un papel crucial para lograrlo es por medio de políticas y regulaciones sólidas que permitan llenar los huecos en información e infraestructura. Con este objetivo, la IEA lanzó una herramienta llamada Methane Tracker y una Hoja de Ruta Regulatoria (Regulatory Roadmap) para ayudar con este elemento que es crítico para la transición hacia energías más limpias.

Uno de los frenos a la regulación, dice Birol, es el argumento de no contar con la información adecuada. De ahí que las herramientas presentadas incluyen datos a nivel global, proporcionando estimaciones detalladas de las emisiones de cada país, así como formas de reducirlas.

En este sentido, tener la posibilidad de aprender acerca de lo que otros gobiernos o jurisdicciones han hecho en materia de regulaciones específicas en torno a las emisiones de metano es de gran importancia, ya que esto permite sentar las bases para diseñar marcos regulatorios adaptados a las circunstancias locales. El reporte que presenta la IEA, titulado Driving Down Methane Leaks from the Oil & Gas Industry: A Regulatory Roadmap and Toolkit (Cómo reducir las filtraciones de metano de la industria de petróleo y gas: un mapa de ruta regulatorio y paquete de herramientas), abreva en el análisis de más de 50 países, estados o provincias, desde los Estados Unidos hasta Nigeria y desde Irak hasta China y Rusia y cómo han enfrentado las emisiones de metano desde una perspectiva regulatoria.

Si bien es cierto que en 2020 se registró una reducción de alrededor del 10% en las emisiones de metano por parte de la industria de petróleo y gas, esto se debió principalmente a la disminución en la producción ocasionada por el impacto de la pandemia de COVID-19, más que a una prevención en torno a las filtraciones.

Por ello, es fundamental actuar ya, creando las regulaciones adecuadas que establezcan las acciones específicas que deben tomar las empresas de este sector para disminuir estas emisiones. De lo contrario, habría un rebote significativo en ellas a medida que se retomen ritmos de producción relacionados con una reactivación económica a nivel mundial, y “no existe ninguna buena razón para permitir que estas filtraciones continúen, y existen todas las razones para que los operadores responsables se aseguren de atenderlas”, comentó el Dr. Fatih Birol durante la presentación del estudio. En opinión del director de la IEA, la industria debe actuar de manera rápida y visible, pero “también hay un papel crucial de las políticas gubernamentales para incentivar las acciones tempranas por parte de las empresas, presionar para que exista transparencia y mejoras en el desempeño, además de apoyar a la innovación para obtener resultados”, afirmó.

El análisis de la IEA destaca que reducir las emisiones de metano es una medida costo-efectiva para las empresas de petróleo y gas, pues a diferencia del CO2, en todo el mundo existe un precio para el metano: el precio del gas natural. Esto significa que el costo implicado en mejorar las operaciones o hacer reparaciones para prevenir las fugas a menudo se paga con el valor del gas adicional que puede ingresar al mercado.

Con miras a la COP26 en Glasgow el próximo mes de noviembre, la IEA insta a los gobiernos a ser más ambiciosos no solo en materia de CO2 sino de metano, y en ese sentido, el Dr. Birol habla de la conveniencia de que se incluyan compromisos en relación con el metano antes de la reunión de la COP.

Una de las metas de cualquier nuevo esfuerzo en materia de política debería de ser el mejorar las mediciones y los datos de reporte de emisiones, los cuales pueden conducir a una intervención regulatoria más eficiente. No obstante, el estado actual de la información sobre emisiones no debería de interponerse en la ruta de acciones tempranas para abatir el metano.

La experiencia muestra que los países pueden dar un “primer paso” importante hoy usando las herramientas existentes, el cual puede incluir requerimientos prescriptivos sobre las fuentes de problema conocidas, y combinarse con programas de monitoreo que busquen detectar y atacar las fuentes de emisiones más grandes (conocidas como súper emisores).

En términos de proceso, implementar una nueva política o regulación debería de implicar tres fases distintas, cada una de las cuales se cubre a detalle dentro del informe: comprender el escenario y circunstancias locales, diseño y desarrollo regulatorio y, finalmente, implementación.

Lo que debería mover a la acción no es solo un tema ambiental o de reputación, considerando que los consumidores están cada vez más atentos al perfil de emisiones de diferentes fuentes de gas cuando van a tomar decisiones de compra. Un productor de gas que no cuente con una historia creíble relacionada con sus esfuerzos para abatir el metano está asumiendo también riesgos comerciales.

México sí cuenta con regulaciones en materia de reducción de emisiones de metano, y vale la pena asomarse a este reporte para ponerlas en perspectiva, comparándolas con lo que se está haciendo en otros países, para ver en qué vamos bien y en qué podemos mejorar.

 

Fuente:

IEA (2021), Driving Down Methane Leaks from the Oil and Gas Industry, IEA, Paris https://www.iea.org/reports/driving-down-methane-leaks-from-the-oil-and-gas-industry