COLUMNA | Energía Eléctrica, ¿nos quedamos atrapados en el siglo XX? Parte 1

2021-03-17 Hans Kohlsdorf, Socio Director, E2M
atrapados en la energia del siglo XX parte 1
[Image by Peter H from Pixabay]

Se acaba de publicar el decreto que reforma la ley eléctrica y como era de esperarse, llovieron los amparos por aspectos inconstitucionales de la misma. Con buenas razones ya se obtuvo una suspensión provisional de carácter general.

Dejemos de lado, mientras leemos este artículo, los agravios, los “hemos tratado de hablar, pero no nos escuchan”, etc. ¿Nos podríamos preguntar si lo legal e ilegal sigue alineado con lo correcto e incorrecto? O ¿sería posible recordar si alguna de las tres partes involucradas ha hecho propuestas concretas sobre cómo solucionar los problemas que hoy presenta nuestra red eléctrica? O más importante aún, ¿hay instituciones o algún grupo de personas pensando constructivamente cómo aprovechar los tremendos avances tecnológicos?

Desde el año de la Reforma Eléctrica, el 2014, el sector eléctrico ha realizado avances tecnológicos impresionantes. ¿Los adoptamos o nos mantenemos en la historia?

Veamos las tres partes involucradas y permítanme colocar al centro a la Reforma Eléctrica del 2014 y al mercado eléctrico mayorista: el mercado privado de generación, compraventa y consumo de electricidad entre particulares.

Por un lado tenemos los contratos con permisos de generación previos a la Reforma Eléctrica y los grandes usuarios que les compran la energía, los legados o también los “mal llamados” autoabastos. Se defienden como gato patas arriba para que la reforma de hace 7 años no aplique para ellos.

Por otro lado está el gobierno de la 4T que argumenta que los proyectos legados y sus clientes (el principal enemigo) reciben subsidios exagerados y argumenta en contra de varios aspectos que debilitan a la CFE y que efectivamente están causando inestabilidad a la red eléctrica del país. 

Así es, dos importantes grupos están en contra de la reforma promulgada en el 2014: las grandes empresas generadoras y consumidoras del país y el gobierno de la 4T. Es difícil decidir cuál grupo es más conservador, ya que ambos persiguen un status quo que existió el siglo pasado….

Yo creo que estamos en un momento en que debemos presentar propuestas concretas y tratar de solucionar los problemas reales de nuestra red eléctrica y, simultáneamente, definir un enfoque moderno para la CFE que proteja a largo plazo el patrimonio del país. Pero vamos por partes:

 

Ideas para las empresas que operan bajo las leyes previas a la Reforma Eléctrica

Las empresas que ya están operando pueden presentar un plan ordenado de migración al nuevo mercado analizando la vigencia original de sus permisos para vender energía a los usuarios autorizados de sus socios previo a la Reforma. Hay varios aspectos a considerar:

  • Miles de cargas pequeñas para las cuales la normativa de la LIE es demasiado compleja. Estas cargas, de forma similar a la modernización de medidores residenciales, pueden operar con un sistema de medición y comunicación moderno y muy económico. Varios suministradores que operamos en la nueva ley tenemos las plataformas tecnológicas y APPs que pueden traer la información de manera ágil a estándares de manejo de información perfectamente disponibles y económicos en este inicio de la tercera década del siglo XXI.
  • Los proyectos del siglo pasado e incluso parcialmente aún los previos al 2010, requerían de un marco regulatorio específico para atraer inversión en el sector en su momento y permitir a las empresas abastecerse con energía a precios competitivos, que consistía de tarifas reducidas de transmisión y distribución y respaldo y potencia mediante el banco de energía. Medidas que el actual Gobierno considera un subsidio. Sin estas condiciones, México jamás hubiera podido generar la electricidad para salir de la crisis de 1994. Pero llevemos todo al año 2014 y veamos los costos de los generadores que participaron en las tres subastas. Los costos de generación cayeron de manera dramática y definitivamente pueden convivir con las tarifas y costos definidos en la LIE. ¿Requieren los proyectos legados que aún no operaban en el 2014 de los subsidios ya desproporcionados de los años 90 del siglo pasado? Probablemente no, y si los quieren recibir, ¿quién los debe pagar? ¿Los participantes del mercado eléctrico mayorista o Hacienda con dinero de los contribuyentes?

Los generadores y consumidores con contratos legados deben presentar los retos que enfrentan y proponer medidas para resolverlos:

  • Mantener estándares tecnológicos anticuados sin invertir en modernización se puede considerar un abuso.
  • Pedir la construcción de nuevas líneas de transmisión para evacuar la energía generada en sitios donde nunca se ha debido generar en esas cantidades es a todas luces un error.
  • Las regiones con grandes excedentes de electricidad a bajos costos deben buscar compradores e inversionistas que quieran poner sus negocios en esas zonas para aprovechar la energía abundante y barata.

 

Ideas para fortalecer a la CFE

Las empresas tradicionales de servicios de energía eléctrica en todo el mundo, públicas y privadas,  están viviendo grandes retos. Los cambios tecnológicos están impulsando con tremendo poder la generación en sitio al tiempo que los requerimientos de electricidad crecen. Las aplicaciones cada vez más poderosas de inteligencia artificial, el internet de las cosas, los grandes centros de datos y la movilidad eléctrica son apenas unos pocos ejemplos. Aquí en México esta tendencia se ve impulsada aún más por la alta disponibilidad de gas natural barato.

¿Qué costo tiene aprovechar el respaldo del sistema eléctrico tradicional para los momentos en que la generación en sitio es insuficiente o cuando el clima reduce la generación eólica y solar?

¿Quién lo debe pagar? Nuestro modelo tarifario, incluso post Reforma del 2014, básicamente no ha cambiado desde el siglo pasado; los nombres y la forma de cálculo sí, los conceptos no. Comienzo por la segunda pregunta: el costo lo deben asumir quienes participan en el mercado, generadores grandes y pequeños y los usuarios.

La razón es obvia: si continuamos como hoy, donde el costo lo asume en muy buena parte la CFE, el sector privado no tiene ningún incentivo para invertir en eficiencia y modernización. Los mejores ejemplos son: paneles solares que se apagan cuando falla la red, incumplimiento masivo de un código de red muy poco exigente y la ausencia (por falta de clientes) de producción nacional de baterías, inversores y software. Claro, no me lo tienen que decir, hay muchos más ejemplos de gastos “anticuados”: generadores diésel de respaldo, reguladores de voltaje, UPSs, etc, etc.

En la próxima entrega analizaremos qué se puede hacer desde el ámbito tarifario y continuaremos con oportunidades de negocio para la CFE, entre otras reflexiones.