La demanda eléctrica ante la emergencia mundial

2020-04-14 Irayda Rodríguez, Grupo Expansión (para Informa Markets)
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La crisis ante el Coronavirus (COVID-19) remarca los desafíos para la red eléctrica, donde la garantía del suministro es fundamental para los servicios básicos y la posterior recuperación económica global. 

Como da a conocer el Banco Mundial, la electricidad es un elemento central del desarrollo. Sin ella, servicios esenciales como los establecimientos médicos y educativos se ven seriamente afectados, y las empresas operan con graves limitantes.

Según cifras de la entidad, aproximadamente 1,000 millones de personas carecen de electricidad en el mundo y millones de usuarios realizan sus actividades con un suministro insuficiente o poco confiable.

Ante ello, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7, planteado por la Organización de las Naciones Unidas, establece que el acceso universal a un nivel asequible, confiable y sostenible de energía es fundamental para lograr otros objetivos del documento y es el eje de los esfuerzos para hacer frente al cambio climático.

No obstante, ¿qué sucede cuando factores como una pandemia modifican las actividades en la mayoría de los países y cómo repercute la situación en la demanda de electricidad y la garantía del suministro? La ciudad de Wuhan, en China, se reconoce como el sitio donde se dio el primer brote de coronavirus (COVID-19) y tras un prolongado asilamiento, comenzó a retomar su cotidianeidad la primera semana de abril.

De acuerdo con un análisis del portal Carbon Brief, las medidas que se aplicaron en el país asiático para contener el contagio del virus implicaron una reducción de casi el 40? la producción industrial y redujeron la demanda eléctrica.

Sin duda, la pandemia ha evidenciado la importancia de la electricidad, desde la comunicación, la continuidad del trabajo que puede realizarse a distancia y las clases en línea, hasta las labores críticas en hospitales a nivel mundial, considerando que incluso se construyeron nuevos hospitales y se habilitaron sedes temporales para atender a los enfermos.

Como señalan Michelle Hallack y Ariel Yepez, pertenecientes al área de conocimiento de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la garantía del acceso a los servicios de energía obedece a la infraestructura, su operación y mantenimiento y también a la asequibilidad de los servicios para todos los usuarios.

Los especialistas detallan que, según estimaciones iniciales, en países de Asia y Europa que han sido afectados más severamente por esta situación (y que han recurrido a esquemas de aislamiento) la demanda eléctrica ha disminuido entre el 15 y 20%.

Sin embargo, para los países en Latinoamérica y El Caribe, este valor dependerá de las características de la demanda y su dependencia de la actividad económica, sobre todo en lugares donde gran parte de la demanda eléctrica depende del consumo residencial, que ha aumentado.

Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía, manifiesta que el suministro eléctrico no debe darse por sentado, siendo que millones de personas ahora están confinadas en sus hogares para hacer su trabajo, recurriendo a sitios de comercio electrónico para hacer sus compras o a plataformas de transmisión de video para entretenimiento. Un suministro de electricidad confiable respalda todos estos servicios.

Ahora bien, si la infraestructura y sistemas operan adecuadamente en la red, no habrá limitantes para la generación, transmisión y distribución de la energía. Caso contrario en los sistemas donde se presentan interrupciones frecuentes, donde será prioritario evitar los cortes y garantizar el suministro para los servicios básicos.

Por su parte, Hallack y Yepez afirman que tras la pandemia, el sector eléctrico debe prepararse para que su recuperación sea lo más rápida posible y superar los desafíos de la operación y mantenimiento sustentable del sistema, situación que se torna más compleja en sistemas que antes de la pandemia ya presentaban dificultades. 

“Desde el punto de vista técnico, las interrupciones de las cadenas de producción de materiales y la insuficiencia de recursos humanos para reactivar la economía demandará un esfuerzo grande para garantizar que la recuperación económica cuente con el suministro energético suficiente para facilitar la recuperación”, aseguran los autores en el blog del BID.

 

En el caso de México, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha anunciado que no detendrá su operación, generará y suministrará energía eléctrica sin interrupciones del servicio, tal y como lo requieren las instituciones públicas, privadas, sociales y los hogares de todo el país.

Finalmente, los Consejos de Administración de CFE Generación IV, V y VI, encabezados por el director general de la Comisión, Manuel Bartlett Díaz, también presentaron los proyectos y programas de inversión en infraestructura, con el objetivo de modernizar y optimizar las centrales, para mantener la generación y el suministro de energía eléctrica.