Posibles impactos del Covid-19 en el crecimiento de la movilidad eléctrica al 2030

2020-07-30 Conexiones 365
Futuro luminoso es posible con mas VEs
Image by Marek Studzinski from Pixabay

Las medidas de contingencia implementadas en diversos países con miras a frenar los contagios masivos de Covid-19 han tenido un impacto significativo en los patrones de movilidad, como lo señala el reporte “Global EV Outlook 2020” publicado el mes pasado por la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés).

Dichas medidas llevaron a un paro casi total del traslado de pasajeros en las ciudades, así como la suspensión de vuelos intercontinentales (e incluso locales), y era de esperarse que las ventas de vehículos se desplomaran. De acuerdo con la IEA, es muy probable que el Covid-19 tenga un impacto duradero en el sector de transporte, aunque aún es incierto cuál será su efecto en el comportamiento de las personas, en la economía y las políticas públicas.

Más allá de las grandes incertidumbres en torno a posibles rebrotes de la pandemia o al ritmo al que podrán recuperarse las economías, la evolución de los patrones de movilidad futura que surjan de esta crisis pueden ser distintos que antes. Por ejemplo, el haber experimentado cielos azules y aire limpio en las ciudades que no se veía en décadas como resultado de las medidas de confinamiento, podría generar un cambio en las políticas urbanas y en los patrones de movilidad.

Para muchas empresas y sus empleados, el confinamiento demostró la posibilidad técnica, y en algunos casos, la mayor conveniencia y preferencia por el teletrabajo entre los empleados, así como su eficacia y su potencial para generar ahorros. En aquellas empresas en las que esto es una opción, fomentar la práctica del teletrabajo y reforzar las habilidades relacionadas con ello puede reducir las necesidades futuras de transporte hacia las oficinas.

Por otro lado, algunos indicadores tempranos en algunas ciudades sugieren un mayor resurgimiento en la actividad automotriz en comparación con el uso del transporte público, pues además de las restricciones en este, la falta de distanciamiento social en público puede potenciar la adquisición de vehículos y por ende los trayectos hacia las oficinas. Esto conlleva el riesgo no solo de más tráfico, sino que, si los vehículos no son eléctricos, puede haber un aumento en la contaminación local y en la emisión de gases de efecto invernadero. 

Las respuestas gubernamentales para enfrentar la crisis provocada por el Covid-19 serán cruciales en la conformación de los futuros patrones de movilidad, pudiendo echar mano de oportunidades de cambio de las rutinas de traslado en donde sean sustentables y mitigando los posibles efectos adversos.

Para ilustrar los potenciales efectos a más largo plazo en el futuro despliegue de los vehículos eléctricos, la IEA identifica dos conjuntos de ejes impulsores que pueden conducir el futuro de la movilidad y de la movilidad eléctrica en direcciones opuestas.

Por un lado, está el futuro “luminoso”, en el cual las preocupaciones por la calidad del aire generan cambios en políticas aplicables en las áreas urbanas para reducir el número de automóviles con miras a ocupar menos espacio, generar menos contaminación y reducir las opciones de transporte que generen grandes cantidades de GEI. En ese escenario, se daría prioridad trenes de potencia más limpios, como los vehículos eléctricos, tanto a nivel municipal como nacional.

La otra opción es un camino un tanto sombrío, en el cual las consecuencias económicas y de comportamiento de las personas ante la crisis del Covid-19 pueden generar un proceso de estancamiento en el despliegue de la movilidad eléctrica. Las medidas de distanciamiento social y de seguridad en torno a la salud dificultan el uso del transporte público. Aquellos que se trasladan a oficinas evitan el uso del transporte público o compartido por el miedo al contagio, lo cual conduce a menores ingresos por tarifas y niveles de servicio inferiores, en una espiral descendente. Al no contar con una alternativa viable en cuanto al transporte público, se fomentará un mayor uso de automóviles personales. La crisis económica relacionada con el Covid-19 podría entonces llevar a los gobiernos a echar para atrás políticas que apoyen el uso de autos eléctricos y que los consumidores prefirieran comprar automóviles más económicos.

La combinación de un aumento en el teletrabajo, una extensión de la experiencia de los “cielos azules” en áreas urbanas y las medidas de recuperación económica que prioricen el uso de vehículos de bajas emisiones podrían llevar a que el despliegue de los vehículos eléctricos en 2030 vaya de acuerdo con el Escenario de Políticas Declaradas (Stated Policies Scenario). Esto representaría un gran paso hacia el crecimiento del mercado de vehículos eléctricos que se requiere en el Escenario para el Desarrollo Sostenible (Sustainable Development Scenario), aunque lograr lo relacionado con esto último requere de esfuerzos estructurales y a mayor escala que trascienden las respuestas directas que emanen de la crisis de Covid-19. En particular, se necesitarían estándares más estrictos en la economía de los combustibles y/o mandatos hacia los VE en los principales mercados automotrices.

El camino “sombrío” llevaría al efecto opuesto, con mayor cantidad de autos y viajes y una adopción más lenta de tecnologías de tren motriz alternativas. En este camino, el despliegue de VE sería más lento que lo que se previó en el Escenario de Políticas Declaradas, y alcanzaría solo 80 millones de autos eléctricos para 2030, es decir, una tercera parte menos que lo que establece el documento referido. De igual manera, las emisiones de CO2 de los automóviles en este escenario aumentarían en más de 400 mil toneladas, o cerca de un 15%.

Esperemos que los gobiernos estatales de México orienten sus políticas hacia una mayor sustentabilidad, no solo de cara a enfrentar la crisis por Covid-19, sino a tener mejores condiciones para todos.

 

Fuente (extracto traducido y adaptado de):
IEA (2020), Global EV Outlook 2020, IEA, Paris https://www.iea.org/reports/global-ev-outlook-2020