¿Es viable contar con tarifas eléctricas más competitivas?

2019-10-04 Irayda Rodríguez, Grupo Expansión
economía de luz encendida

¿De qué depende el costo del suministro de electricidad en el país? Aquí se explican los factores que determinan lo que pagan los usuarios de suministro básico y calificado.

 

Cuando se habla de competitividad en la industria y las corporaciones, uno de los primeros temas que surgen son las tarifas eléctricas, ya que el costo de operación por ese insumo crece a la par de la demanda de conectividad digital permanente, así como frente a las variantes climáticas, amén de las exigencias en las líneas de producción.

 

Las tarifas eléctricas son un tema estratégico para el ala productiva de cualquier país, de acuerdo con la opinión de Marcela Roque, Directora General de Energía en Luxem Energía, quien recibió a Informa Markets para una charla sobre este tema.

 

Los factores principales que determinan las tarifas actuales por el servicio de electricidad son el costo de generación, el costo de transmisión y el de distribución. Roque señala que el primero depende directamente de la matriz energética que tiene el país, es decir, de las centrales de generación eléctrica que tenemos, así como de la oferta y la demanda.

 

Así, cada día, el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) pronostica la demanda eléctrica para el Mercado de Día en Adelanto, en función de las ofertas de compra de electricidad que hacen los suministradores y con base en las ofertas de venta que se solicita a los generadores.

 

“Un punto muy importante es que el despacho de las centrales de generación se rige por los costos marginales de las centrales de generación eléctrica, por lo que las centrales más eficientes y baratas tendrán prioridad de despachar energía. A esto se le llama la curva de mérito”, explica la Directora de Luxem Energía.

 

Las centrales se ordenan de la más barata a la más cara. Al mismo tiempo, el Cenace analiza la demanda nacional, y conforme a ella, despacha hasta la central con la que se cubre dicha demanda. La central elegida será la que rija el costo de generación del sistema (marginal).

 

Así, añade la entrevistada, para disminuir las tarifas el objetivo es reemplazar, gradualmente, las centrales viejas que funcionan con combustibles fósiles —como el combustóleo o el diésel— y que por ende son ineficientes, contaminantes y tienen heat rates altos. Esto significa que necesitan muchas unidades de combustible para generar un MWh.

 

Esto abre una oportunidad para las fuentes de energía limpias y renovables, con lo que se lograría que los costos de generación disminuyan pues, al ser más eficientes, desplazan a las ineficientes en la curva de mérito.

 

“Y este es uno de los objetivos de la Reforma Energética. Aunque el tema es que disminuir el costo de generación del país no sucede de la noche a la mañana... requiere de mucha inversión y de tiempo de construcción de las centrales solares o de ciclo combinado”, explica Roque.

Sistemas de suministro

El costo de transmisión y distribución es una tarifa regulada por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), diseñada para que CFE Transmisión y Distribución puedan tener ingresos suficientes para operar las redes y para realizar las inversiones que los sistemas del país necesitan. En este sentido, influyen las pérdidas técnicas (infraestructura) y no técnicas (robo de electricidad, principalmente).

 

A raíz de la Reforma Energética, explica Marcela Roque, se establecieron dos sistemas de suministro para los usuarios: el primero es el básico, donde los precios se calculan con base en una metodología que la CRE difunde, la cual refleja los costos del sistema. Sin embargo, la Secretaría de Hacienda es quien tiene la última palabra.

 

Para los suministradores calificados está el esquema de libre competencia, en el que tienen la libertad de elegir quién los suministre y a qué precio. Aquí cada suministrador puede ofrecer diferentes esquemas de pricing, hacer ofertas personalizadas para cada cliente, y él tiene la libertad de contratar la oferta que más le convenga. Este esquema sólo está disponible para usuarios o agregación de cargas que tengan una demanda igual o mayor a 1 MW.

 

“A diferencia del esquema de la CFE, aquí hay flexibilidad. Por ejemplo, las empresas con políticas de responsabilidad social para la generación de electricidad a partir de fuentes renovables pueden contratar a un suministrador calificado para que les haga una oferta a la medida con precios variables o fijos, dependiendo de las negociaciones que establezcan”, detalla. 

 

Respecto a las ventajas o beneficios, a partir de la Reforma los usuarios tienen el poder de escoger lo que más les convenga entre una infinidad de esquemas o posibilidades. Para los usuarios básicos, la Generación Distribuida es una opción a través de paneles solares, una turbina eólica o algún motor en sus patios o techos y beneficiarse del net metering, o pueden comprar esa energía a un generador exento bajo el esquema de generación distribuida colectiva.

 

Por su parte, continúa Roque, los usuarios calificados pueden comprar con precios fijos o variables, firmar contratos de suministro basados en una o varias centrales de generación y tienen la elección de ser 100% renovables o tener esquemas híbridos entre energía firme y renovable.

 

Sin embargo, para que estas metas se logren se requiere la construcción de centrales de generación eficiente y barata, así como inversiones en líneas de transmisión y distribución. Como expone Marcela Roque, lo importante es diferenciar si realmente se busca bajar los costos del sistema de manera sostenible y sostenida o bajarlos artificialmente mediante algún subsidio temporal.

 

“Si el gobierno permite que lo ayuden, el tema de bajar los costos se puede acelerar, por ejemplo, a través de la inversión en líneas de transmisión para evacuar la energía que se produce en las centrales del norte hacia el centro del país”, concluye.